Ya lo contábamos en la ficha técnica de ambos terminales, Sony tenía una cita con el CES 2018 que dará comienzo en unos días, aunque las presentaciones suelen adelantarse a la entrada del público. Con los Xperia XA1 presentados un año antes, ahora lo que tocaba era renovar y Sony lo ha hecho. De nuevo con dos modelos, dos modelos que varían más de lo que parece, tanto por fuera como por dentro. Los Xperia XA2 y XA2 Ultra.
La renovación, sin embargo, nos deja un mal sabor de boca pues Sony sigue sin apostar por los móviles con marcos reducidos. Entrando en 2018, mantener diseños como éstos sigue demostrando personalidad pero produce, inevitablemente, terminales grandes y pesados. Pero vayamos poco a poco desgranando este salto generacional con un protagonista fundamental: Qualcomm.
El cerebro cambia de fábrica
Hubo un componente que monopolizó casi toda la información recibida sobre los Xperia XA1 del pasado año, y ése fue su cerebro. El procesador, la CPU, el SoC, como queramos referirnos a él pues todos son parte de lo mismo, llegó firmado por MediaTek. Concretamente, un Helio P20 fue el encargado de mover tanto al Xperia XA1 como al XA1 Ultra.
Ocho núcleos a 2,3GHz con GPU Mali-T880 MP2 de doble núcleo que este año han desaparecido de la ecuación. No ya porque se haya renovado la línea un año después sino porque Sony ha decidido que en 2018 lo que toca es Qualcomm, y Qualcomm se presenta ante la llamada. El Helio P20 ya es historia y lo que tenemos ahora entre manos es un Snapdragon 630 firmado por los americanos.
Un procesador que, si la omnipresencia e inmortalidad del Snapdragon 625 no lo remedian, reinará en las gamas medias de este año 2018. Un chip que comparte número de núcleos y arquitectura, pero que aporta más músculo gráfico. Ocho núcleos Cortex A53 a 2,2GHz acompañados de una Adreno 508 que debe dejar a la Mali-T880 en la estacada. Por no hablar del consumo energético. Un punto a favor de la nueva generación de los japoneses.
En cuanto a las memorias, sin variación. Teníamos 3GB de RAM en el modelo "pequeño" y 4GB en el "grande", y teníamos versiones en 32 y 64GB de almacenamiento interno. El tiempo no ha pasado por los bloques de memoria que acompañan a ambos terminales. Pero dejemos un poco de lado el cerebro y hablemos de los juegos de cámaras, pues aquí sí hay mucha más "chicha".
Selfies con 120 grados
Si Sony no ha movido las memorias, tampoco lo ha hecho con las cámaras traseras. La apuesta de los japoneses sigue firme por sus Exmor RS de 23 megapíxeles, con ISO a 12800 para conseguir mejores fotos en condiciones de baja luminosidad. 23 megapíxeles, autoenfoque, flash LED y capacidad para grabar vídeo en 4K y en slow motion en 120 frames por segundo en caliad HD.
La diferencia entre generaciones ha venido dada por los ojos frontales, los que se colocan sobre la pantalla y se encargan de brindarnos selfies para redes sociales, para aplicaciones de mensajería, para archivar o para lo que se nos ocurra. En el XA2 vemos lo mismo que en el XA1, 8 megapíxeles f/2.0 con autofocus, pero en el modelo Ultra la cosa cambia, con los añadidos de un ángulo especialmente alto (120 grados), estabilización de vídeo y disparo por gestos.
Si en el pasado disfrutábamos de un único sensor de 16 megapíxeles para autorretratos, ahora tenemos dos. Otro de 8 megapíxeles se ha sumado a la fiesta, uno con lente gran angular de 120º que servirá, entre otras cosas, para tomar lecturas de profundidad y ofrecer otro tipo de fotografías. Sony se sube al selfie frontal con sus XA pero lo hace, por desgracia, sólo en el hermano mayor.
Lo ideal habría sido que ambos teléfonos apostasen por la doble lente pero aquí Sony ha jugado la carta de ofrecer más en el modelo superior, desligándose un poco de su filosofía Compact que sigue viva en otras gamas. El Ultra es mejor que el XA2 en casi todos los sentidos. En casi todos, en otros empata, pero en definitiva se convierte en un teléfono más competitivo. Y también más costoso.
Crece la batería y... vaya cómo crece el cuerpo
Decíamos al principio que Sony se ha resistido aún a la tendencia de los móviles con marcos reducidos, y en este salto generacional se aprecia más que nunca la necesidad de que ceda. Si bien el Xperia XA2 ha crecido 0,2 pulgadas, y con ellas su peso ha aumentado la nada despreciable cifra de 29 gramos, en el Xperia XA2 Ultra es especialmente notable.
El nuevo Xperia XA2 Ultra cuenta con la misma pantalla de la generación anterior, se mantiene la gran diagonal de 6 pulgadas que, sin embargo, ve cómo el teléfono que la rodea encoge en su medida más larga. 163 milímetros frente a 165 milímetros del 2017. Pero se hace un milímetro más ancho, gana 1,4 milímetros de grosor y, en consecuencia, "engorda" 33 gramos. El Xperia XA2 Ultra es un gigante de 221 gramos, un dato a tener en cuenta.
Es posible que buena parte de esta culpa la tenga la cámara frontal duplicada, que tal vez haya obligado a Sony a aumentar el grosor del teléfono para no hacerla sobre salir, o el abandono del plástico para abrazar el aluminio, pero también hay que tener en cuenta que la batería ha crecido notablemente. Los 2.700 mAh de 2017 son historia, ahora tenemos 3.580 mAh y con carga rápida Quick Charge firmada por Qualcomm. Así que no todo es malo.
Con todo, es hora de que Sony se replantee sus diseños. Dejar atrás el Omnibalance no sólo es ya una cuestión de estética sino de necesidad. Presentar a estas alturas dos modelos de 171 gramos y 221 gramos es, como poco, llegar con la competitividad mermada. El peso es algo a considerar para un dispositivo que pasa muchas horas en nuestras manos, y Sony debería tomar nota de ello.
Bienvenido, lector de huellas trasero
El pasado año ya teníamos lectores de huellas en los modelos de Sony de gama media, aunque no en los XA y desplazados al botón de encendido. Un lugar curioso por el que sólo ha apostado Sony durante todo este tiempo. Los japoneses observaban desde el lateral la guerra del resto del mercado, una guerra entre el bando del frontal y de la espalda.
En este ejercicio han decidido abandonar su particular Suiza neutral y han optado por viajar a la espalda, y de paso por introducir sus lectores de huellas en Estados Unidos después de solucionar sus problemas con las normativas locales. Así que los nuevos XA2, modelo Ultra incluido, tienen el círculo para la huella en la espalda, y así Sony se volvió más parecido a los demás, perdió parte de su diferenciación.
Pocas diferencias más con respecto a los XA1 del pasado año, y casi todas las que tienen que ver con el procesador. El SoC de Qualcomm ofrece la ya citada carga rápida Quick Charge, dejando atrás la Pump Express de MediaTek, y trae Bluetooth 5.0 y un 4G de categoría 12 a los modelos de 2018. Navegación por internet a un máximo de 600Mbps, una cifra considerable.
Así que tenemos una nueva generación de teléfonos más potentes, con lectores de huellas traseros, con datos más rápidos, más potencia gráfica, cuerpos más robustos y metálicos y, por desgracia, más pesados. Ah, y el Ultra cuenta con doble cámara frontal. ¿Nos dejamos algo? Claro que sí, Oreo. Nos dejábamos el salto de Sony a Android 8.0 con su gama media. Una buena evolución, ¿no os parece?
Sony Xperia XA1 vs Sony Xperia XA2, las características técnicas
Pantalla | ||||
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Procesador | ||||
Núcleos | ||||
GPU | ||||
RAM | ||||
Memoria de almacenamiento | ||||
Software | ||||
Conectividad | Bluetooth 4.2 NFC LTE Cat. 6 |
Bluetooth 5 NFC LTE Cat.12 |
Bluetooth 4.2 NFC LTE Cat. 6 |
Bluetooth 5 NFC LTE Cat.12 |
Batería | ||||
Cámara trasera | Cámara frontal | 8 megapíxeles 120º |
||
Otros | Jack de auriculares |
USB tipo-C Jack de auriculares |
Jack de auriculares |
USB tipo-C Jack de auriculares |
Dimensiones y peso | 142 gramos |
171 gramos |
188 gramos |
221 gramos |
En Xataka Móvil | Sony Xperia XA2 y XA2 Ultra: más potencia, Oreo y cámara dual frontal, aunque sólo en el Ultra
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