Reconozco que en ocasiones resulta complicado no valorar, al menos de vez en cuando, eso que antes se hacía mucho más que ahora: cambiar de operador. Es cierto que los operadores cada vez ponen más complicado eso de cambiar, pues son más y más los servicios que asociamos a nuestros contratos, ahora incluso tarifas de luz eléctrica, pero no es imposible.
Las ofertas nos envuelven, las promociones de verano, de navidad, las de vuelta al trabajo después de vacaciones, los nuevos lanzamientos. Todos prometiéndote mejorar tu actual tarifa, con o sin "regalos" de teléfonos móviles, pero en mi caso hace tiempo decidí que no me iba a mover más. A veces pasa, encuentras un operador en el que estás a gusto, que te da lo que necesitas, y pierdes la necesidad de hacer más mudanzas. Será la edad.
Las razones por las que no tengo intención de cambiar de operador
Como ya he dicho, los operadores no dejan de añadir más y más servicios que puedes contratar y que, en cierta medida, te "atan" a ellos. Ni siquiera hablo de la línea fija, de la fibra óptica o de otras líneas móviles, productos que considero que son de los operadores de toda la vida. De lo que hablo es de que ahora comercializan tarifas de luz, seguros para el hogar, seguros de salud e incluso algunos se han convertido en bancos.
Entiendo que una vez se tiene un número considerable de estos servicios contratados, moverse de operador tiene que ser harto difícil. Es justo lo que me ocurre a mí, a nivel personal, con la hipoteca de mi banco. Es la que me ata. Si no la tuviera todavía activa, seguramente habría picoteado aquí y allá evaluando nuevas propuestas, huyendo de los bancos más tradicionales.
En mi caso particular, volviendo a los operadores, tengo una tarifa que me ofrece llamadas ilimitadas, que me ofrece una cantidad indecente de gigas para navegar desde el móvil y que para colmo se acumulan mes tras mes, que me ofrece una velocidad de fibra alta (viendo el panorama de muchas regiones de España) y que también me ofrece precios razonablemente buenos para la luz. Sin ser una locura, pero razonablemente buenos.
Y si sumo qué me ofrece y cuánto lo aprovecho, y el trato del propio operador (no me escondo, es Pepephone con una Inimitable y dos líneas), tengo bastante claro que me resultará muy difícil plantearme buscar una nueva casa para mis móviles y mi WiFi. Cada usuario valorará su caso concreto, sus preferencias y gustos, que el precio sea más reducido, que su bono de datos sea tan grande que se dé con el techo o mil factores más.
Todos somos diferentes. En mi caso, esto es lo que tengo en cuenta:
Mi fibra va mucho más rápido de lo que necesito: porque reconozcámoslo, 600Mbps simétricos son muchos megas. Yo sólo los aprovecho al 100% (y ni siquiera eso) cuando tengo que descargar algo en la consola. El resto de tiempo el ancho de banda está infrautilizado. Netflix en 4K en la tele y Youtube en un portátil, por ejemplo, no consumen juntos ni 50Mbps. Sonrío cuando el 'The Last of Us' se actualiza en 3 minutos, eso sí, pero no necesito más velocidad. ¿La quiero? Claro que sí. Pero no me movería para tener más.
Infrautilizo el bono de datos de mi móvil: como ya dije antes, cada caso es especial y particular. El mío es el de alguien que trabaja en casa y que pasa la mayor parte de la semana (salvo viajes de placer) en ella. Son muchas horas al día sin necesitar datos móviles, viviendo bajo mi WiFi, y soy incapaz de consumir los 59GB que tengo cosidos a mi número de teléfono. Para colmo, se acumulan mes a mes y siempre parto de 118GB cada ciclo de facturación. Una vez, estando 5 días en un hotel tirando de Netflix (hacia un Chromecast) con el móvil llegué a gastar 13GB. Impensable "comerme" 59. Mucho menos 118.
Amigos, el descuento por antigüedad: Algunos operadores tienen algo parecido a lo que a mí me ofrece Pepephone, que me quita 5 euros al mes haga lo que haga por el tiempo que llevo con ellos. Parece una tontería pero resulta un aliciente para saber que siempre vas a pagar algo menos. Cinco euros no te salvan un mes, pero es un gesto de cariño hacia tus clientes que siempre es de agradecer. ¿Podría pagar menos en otro lugar? Es posible. Pero no sé si ganaría con el cambio. No lo tengo nada claro.
Tengo las promociones desde el día 1: otra costumbre que por suerte va imponiéndose en el mercado, y que espero que acabe siendo la norma. Tengo siempre el mejor precio y los mejores servicios, independientemente de si acabo de llegar o de si llevo mucho tiempo, como es el caso. En operadoras que antes me tuvieron como cliente eso me causaba fricción. Era la época en la que se imponían los "amagos", los "dame algo que me voy". Esa necesidad ya no existe, al menos en mi caso particular. Mi operador no me puede ofrecer un mejor precio del que tengo ya, y si me lo puede ofrecer no se lo tendré que pedir.
Por último, pero no menos importante, nadie me molesta: Otra costumbre que poco a poco se va imponiendo, por suerte. Operadores que no te dan la tabarra constantemente con que contrates otros productos, con que aceptes tal o cual móvil a tanto dinero. Pepephone no molesta, no te llama, sólo te escribe para avisarte de las incidencias o para darte la alegría de que ha mejorado tu tarifa. Es una relación que no había vivido hasta que la probé, y de la que me resultaría muy complicado prescindir.
Pero repito, éste es mi caso particular, el de un usuario que ha pasado por varias operadoras (no pocas) y ha acabado encontrando la más absoluta tranquilidad en Pepephone. Tengo amigos que viven un caso muy parecido bajo el paraguas de O2, otros que difícilmente abandonarán Yoigo. Mi caso es el que os he contado. Es muy poco probable que me mueva de Pepephone porque me da más de lo que necesito, a un precio razonable y me han desparecido los dolores de cabeza. ¿Ofertas para irme? No me van a faltar, seguro. Otra cosa es que merezcan la pena. Aunque quizá no me estoy enterando de las buenas de verdad porque Assistant se encarga de evitar que hable con comerciales.
Y tú, ¿estás contento con tu operador? ¿Cuáles son tus motivos?
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