Hoy hemos conocido los ansiados Samsung Galaxy Z Flip5 y Z Fold5. Si bien es este último en formato libro el llamado a ser el rey por prestaciones, es el tipo concha el que nuevamente apunta a ser uno de los reyes del mercado plegable. Ha mejorado aspectos como su rendimiento y previsiblemente la autonomía. Sin embargo, su novedad estrella está en la pantalla externa. Normal.
Y es que en estos últimos meses hemos asistido a diferentes fabricantes de plegables mejorando precisamente este elemento. Algo que se antojaba como necesario en vistas de la poca utilidad que representaban más allá de lo meramente informativo. Ahora, por fin, tenemos un mini smartphone en ellos.
OPPO, Motorola y Samsung ya tienen su “mini smartphone”
Un plegable tipo libro como el flamante Samsung Galaxy Z Fold5 tiene doble utilidad. Si lo usamos abierto, tenemos prácticamente una tablet, mientras que cerrado nos arroja una sensación de uso parecida a la de un smartphone tradicional (salvo por la relación de aspecto alargada por su altura). Los plegables tipo concha pecaban de ofrecer muy poco en la pantalla externa.
Si bien no se puede tener algo como en los tipo libro por cuestiones evidentes (al estar cerrado el espacio se reduce a la mitad de un móvil estándar), se sentía que aún se podía dar un paso más allá. Se añadían pequeños paneles que, pese a su buena calidad, apenas incluían pequeños widgets para contestar una llamada, ver la hora, temperatura o calendario. En el mejor de los casos un visor de la cámara trasera, pero que por su reducido tamaño, sabía a poco.
Este año, por fin, empezamos a ver cambios. Con ello empezó OPPO con su OPPO N2 Flip, el cual ofrece un panel AMOLED exterior de 3,26 pulgadas que empezó ya a mostrar una mayor cantidad de información que un simple widget. Por supuesto, el visor de la cámara trasera mejoró considerablemente al ofrecer, ahora sí, una vista más adecuada.
La fiesta la prosiguió Motorola con su Motorola Razr 40 Ultra. Panel pOLED externo aún mayor con 3,6 pulgadas en el cual se apilan diferentes bloques que crean un pequeño sistema operativo capaz incluso de abrir Google Maps o introducir un teclado con el que responder mensajes sin necesidad de abrir la tapa.
Con una idea similar a la de Motorola ha llegado Samsung con su nuevo Galaxy Z Flip5, el cual monta un panel AMOLED de 3,4 pulgadas. No es tan grande como el del Motorola Razr 40 Ultra, pero no es una diferencia exagerada ni entraña demasiadas a nivel funcional. Obviamente con compilaciones propias de Samsung, pero con capacidad de ejecutar aplicaciones varias como la ya citada Google Maps o WhatsApp.
La razón de ser de estos terminales y su diseño hacen prácticamente imposible elevar más la apuesta del panel exterior. Y esto, lejos de ser algo reprochable, es algo que aplaudimos. Y es que gracias a ello un plegable tipo concha ya no tiene como ventaja ser más cómodo de llevar en la mano o en cualquier bolsillo, sino que ahora incluso los podemos usar con una mano para multitud de acciones. Y al fin y al cabo, siempre podremos abrirlo para ejecutar tareas más pesadas.
Así, podemos decir que se ha superado lo que era un handicap desde la primera generación de estos plegables. Ahora queda el siguiente reto: la batería. Más difícil si cabe y, otra vez, a causa del formato y construcción de estos móviles. No obstante, igual que aplaudimos lo bueno, exigimos corregir lo malo. ¿Igualarán pronto también a un móvil tradicional en este sentido?
Imagen de portada | Samsung
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