A pesar de que se anunció hace casi tres meses y que en Vodafone ya comienzan a planear el futuro más cercano con los nuevos activos adquiridos, el operador británico aún necesita el aprobado de los distintos reguladores para cerrar la compra de ONO. Pero hoy conocemos que el operador rojo tiene una sola piedra en el camino, Bruselas.
Será la Comisión Europea la que tenga la última palabra, ya que la CNMC acordó el pasado viernes no solicitar que se le remita el informe sobre la autorización de la compra. Según las fuentes que señala Europa Press, el regulador estatal renuncia al análisis de la operación por su tamaño y porque no cree que vaya a suponer una disminución de la competencia en España.
La CNMC podría haber solicitado a Bruselas el reenvío del análisis que estos hagan del proceso por el que Vodafone se hará con ONO. Aún así el regulador español ha renunciado a ello con distintos argumentos. Entre las razones se mencionan que los ingresos de las compañías involucradas en la operación supera los 5.000 millones de euros anuales y que el negocio comunitario de Vodafone no se centra en España, por lo que el asunto es de nivel europeo.
Además la CNMC también cree que la competencia efectiva no se verá afectada, al no alterarse los puestos que actualmente ocupan los operadores en el mercado de Banda Ancha fija. Movistar seguirá siendo el operador con mayor cuota, seguida por Vodafone y tras ella Orange, aunque ahora con un margen mucho mayor entre estas dos al absorber al millón y medio de clientes de la cablera.
El argumento de que no afectará a la competencia personalmente creo que se debería coger con pinzas - siempre que desaparece un operador la competencia disminuye por mucho que el que lo absorbe pueda mejorar sus ofertas - pero sea como sea ahora la pelota está en el tejado comunitario. El veredicto de Bruselas, que probablemente no ponga ningún impedimento a la operación, lo conoceremos el próximo 2 de julio.
Vía | Europa Press
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