Vodafone se va de España. Zegona, los nuevos dueños de la filial española, tienen el objetivo de mejorar la inversión en el medio plazo, y la manera habitual de hacerlo es troceando la compañía para venderla por partes. Cómo puede eso afectar los usuarios es lo que vamos a intentar dilucidar.
Objetivo prioritario: deshacerse de la red de fibra
Todavía bajo el mando de Vodafone, lleva meses sobre la mesa como una de las formas más rápidas de monetizar las redes la idea de desprenderse de la infraestructura de red fija (FTTH y HFC), y cuando Zegona esté al mando, es probable que sea uno de los primeros objetivos.
La actual red de Vodafone, compuesta por 7,5 millones de hogares con HFC y 3,5 millones con FTTH, podría ser vendida a un operador mayorista de fibra con ganas de crecer, como Onivia o Lyntia.
Los usuarios afectados podrían mantenerse en la misma red en modo alquiler a largo plazo, o pasar a la red de Telefónica si ampliase el acuerdo histórico que ya firmaron para ampliar la huella de Vodafone a toda la red desplegada por Movistar. En el primer caso, pocos cambios en el corto plazo para los usuarios, pero si fuesen migrados a la red de fibra de Telefónica, tendrán asegurada la velocidad de fibra simétrica en los hogares que actualmente acceden mediante el cable heredado de ONO.
También está por ver qué ocurre con el ASN de Vodafone. La operadora cuenta con un enrutamiento desde sus redes hacia el resto de internet que goza de buena reputación, y que en la práctica se traduce en un ping más reducido. Si Zegona puede seguir usando el mismo el ASN o tendrá uno propio, es un cambio que de producirse, afectará a todos los clientes.
Telefónica también está interesada en tener bajo sus redes de fibra con los usuarios de Vodafone. Es una forma de asegurarse ingresos mayoristas a largo plazo que se convierten prácticamente en beneficio bruto. También se asegura tener unas redes menos infrautilizadas que ayuden a rentabilizar el despliegue. En caso de conseguirlo, está por ver si la red esta lo suficientemente dimensionada para absorber a todos los usuarios sin que se deteriore la calidad del servicio ni que se establezca alguna forma de priorizar a los usuarios de un operador sobre los del resto.
Monetizar la red móvil
Exprimir las redes desplegadas y monetizarlas es el objetivo que buscan todas las telecos, tal y como evidencia la iniciativa Open Gateway, pero no todos los operadores tienen las mismas prioridades, sobre todo si quien está al mando es un fondo de inversión.
Con Zegona al mando de Vodafone es de esperar que quieran priorizar la monetización de las redes móviles, cuya parte de infraestructura se encuentra ya en manos de terceros como Vantage Tower, pero todavía se pueden exprimir más.
¿Cómo exprimir las redes móviles? La forma más rápida, y sin entrar en una guerra de precios que a ninguna teleco le interesa, sería hacer que haya más clientes pagando por usarlas, posiblemente a través de una oferta mayorista más agresiva que haga que los OMVs se pasen a la red de Vodafone. Recordemos que los ingresos por servicios mayoristas son reportados prácticamente como beneficios brutos.
Hacer crecer la cartera de clientes
Es de suponer, que la intención de Zegona sea la de vender la cartera de usuarios en el medio/largo plazo y conseguir plusvalías para sus inversores. Así que para para entonces no solo buscará tener más clientes, sino que estos sean más rentables para el operador.
Con la reciente fusión entre Orange y MásMóvil aún en ciernes, las compras de otros operadores está descartada de momento. Zegona intentará hacer crecer su base de usuarios de manera orgánica, así que es más probable que, en cuanto a futuras tarifas, estemos más cerca de una Digi agresiva, que frente a una actual Lowi, más centrada en imitar el low cost de sus rivales más directos.
Pero a Zegona tampoco le interesa que caiga demasiado el ingreso medio por usuario (ARPU) y tendrá que lidiar con mantener una marca premium que empuje a pagar más, y donde los profesionales siguen reportando suculentos ingresos al operador, más de lo que este segmento supone para Orange en sus cuentas.
¿Las inversiones en riesgo?
Crecer lo más rápidamente posible e invertir lo justo. Es lo que han hecho básicamente el Grupo MásMóvil, y más recientemente está haciendo Digi. Ninguno de los grupos tiene una infraestructura tan extensa como la de los, todavía, tres mayores operadores de España.
La red móvil desplegada por MásMóvil absorbe aproximadamente el 50% del tráfico de sus clientes, y el resto usa la cobertura de Orange, con la que tiene un acuerdo mayorista al que 'alquila' la red para que sus clientes no se queden sin cobertura. Es la manera más rentable de jugar en el mercado. Desarrollar tu propia red móvil sólo en las zonas con más concentración de usuarios.
Lo ha hecho MásMóvil, es de esperar que Digi haga lo mismo porque contará el mismo espectro, y Zegona, aunque ya cuenta con una gran red desplegada, podría estar tentada a ajustar sus inversiones, ya sea utilizando suministradores de peor calidad o dejando de invertir tanto como para seguir a la altura de Movistar y Orange en 5G.
Si Zegona se queda atrás en 5G por centrarse principalmente en los núcleos de población donde les sea más rentable, ya puede ir olvidándose de muchos de los usuarios profesionales que en teoría estaría interesada en atraer, y le alejaría del aumento de ingresos que promete la Industria 4.0 gracias al 5G SA. Sin un 5G a la altura, Zegona se habrá quedado fuera de juego en un futuro cercano. Tan cercano, que me gustaría que pensar sería demasiado pronto con respecto al día que Zegona tenga pensado hacer caja, así que necesitará mantener la buena fama de sus redes móviles unos años más para poder lograr sus objetivos.
Como comentábamos al comienzo, hay indicios de que todos los usuarios de Vodafone acaben utilizando las redes FTTH de Telefónica. Para conseguirlo, Movistar sólo tiene que poner un precio lo suficientemente atractivo para que a Vodafone le salga más rentable apagar su propia red y migrar a los usuarios. Una operación muy rentable en el corto plazo, pero que condicionará a Vodafone en el largo plazo (este tipo de acuerdos se realizan para 20 o 25 años), y eso hasta ahora podía haber sido un mayor escollo, pero ya no lo es para Zegona, que juega con otros tiempos. Pase lo que pase, tampoco es algo por lo que vayamos a notar muchos recortes de inversión, porque básicamente, Vodafone apenas ha invertido nada en despliegue de fibra los últimos años.
Pero tampoco es algo por lo que MásMóvil ha destacado nunca si nos ceñimos a sus despliegues realmente propios, aunque quizás a MásMóvil sí le debemos una inicial apuesta más decidida por luchar contra la brecha digital y desplegar en pequeñas poblaciones. Digi está siendo bastante rápido en su actual etapa con el despliegue propio de fibra, pero aún está lejos de alcanzar el tamaño del de Vodafone, y es difícil que lo acabe consiguiendo si mantiene su apuesta por el Cherry picking que le ha posibilitado tirar los precios en zonas con su propio despliegue.
Pérdida de ventajas
Vodafone tiene una amplia cartera de usuarios que le permite llegar a acuerdos con más facilidad con los grandes partners. Y eso no tendría por qué perderse, sobre todo a nivel nacional, en casos como la posibilidad de que HBOmax o Filmin puedan contratarse en exclusividad, o que se puedan añadir servicios adicionales como la energía o la telemedicina.
Pero si los lazos con el Grupo Vodafone empiezan a romperse en los próximos diez años, los usuarios podrían acabar perdiendo actuales ventajas como el roaming gratuito en Reino Unido y Estados Unidos, o la futura disponibilidad de cobertura que tendrían los clientes de Vodafone en todo el territorio gracias al satélite.
También los servicios para empresas y autónomos se pueden ver resentidos en su oferta si Vodafone deja de poder acceder a grandes acuerdos firmados por el grupo con gigantes como Amazon Web Services.
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