El espectro radioeléctrico del que tanto hemos oído hablar con el dividendo digital es la materia prima que los operadores móviles necesitan para desplegar sus redes y como bien limitado que es, su uso está regulado para garantizar la competencia en el sector al permitir que el espectro pueda repartirse entre varios operadores fijando unos límites máximos que Vodafone ya habría alcanzado después de la última licitación.
Tras la compra de ONO, Vodafone tenía dos alternativas de qué hacer con el espectro "sobrante" recién adquirido de ONO por lo que inició negociaciones para alquilárselo a Jazztel ya que era el principal operador al que podría interesarle al complementar la licencia con la que ya contaba pero todo se fue al traste cuando Orange se interesó por Jazztel.
Con Jazztel fuera de juego, a Vodafone le ha tocado devolver el espectro al Estado, no sin antes pedir al Gobierno que modificase el requisito máximo para poder quedarse con estas frecuencias aunque no ha servido de nada por lo que Vodafone piensa recurrir e iniciar un procedimiento para reclamar la devolución de los 13.3 millones que en su día pagó ONO por las frecuencias adquiridas.
Toda una demostración de lo que le ocurrirá a Orange si finalmente se hace con Jazztel pero también un hecho muy a tener en cuenta en el hipotético caso de que alguno de los operadores tradicionales comprara Yoigo en el futuro ya que dejaría su espectro disponible a que entrara algún nuevo competidor, quién sabe si del otro lado del charco...
Vía | Expansión.
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