No todos los usuarios buscamos un smartphone premium, ante todo porque muchas personas no pueden, o, simplemente, no quieren gastarse más de 600 euros en un teléfono móvil (aunque los hay más baratos, la mayor parte de los de última hornada supera esta cifra). Sin embargo, los terminales de gama alta son muy importantes para los fabricantes porque les permiten exhibir su capacidad de innovación y fortalecer su marca.
Tomando esta premisa como punto de partida, y teniendo en cuenta el jugoso pastel que es el mercado de los smartphones, es fácil entender que esta competencia tan encarnizada esté provocando que los teléfonos en general, y los de gama alta en particular, no dejen de evolucionar de una forma muy notable. Generación tras generación. Precisamente el objetivo de este post es repasar la evolución que han experimentado los teléfonos premium con Android más representativos.
Revisar todos los smartphones de alta gama pertenecientes a esta plataforma que han llegado al mercado desde que salió Android es una tarea casi titánica, por lo que hemos decidido acotarla a los terminales que nos parecen más interesantes actualmente. Por un lado nos hemos quedado con los cinco fabricantes a los que les avala una trayectoria más larga y una presencia notable en el mercado (Google, HTC, LG, Samsung y Sony). Y, por otro, nos hemos ceñido a las familias de móviles tope de gama que tienen continuidad actualmente. Todos sabemos cuáles son, así que vamos con ellas.
Google Nexus
La familia Nexus nació con el modelo One a principios de 2010, y lo cierto es que hasta la fecha ha puesto en nuestras manos cinco generaciones de smartphones diferentes con algo en común: un hardware avanzado y un precio más competitivo que el de sus rivales de prestaciones similares. En cualquier caso, el modelo que consiguió que muchos usuarios pusiesen sus ojos en los móviles de Google fue el Nexus 4, fabricado por LG y equipado con una pantalla IPS de 4,7 pulgadas (1.280 x 768 puntos), un procesador Snapdragon S4 Pro a 1,5 GHz, 2 gigabytes de RAM, NFC, una batería de 2.100 mAh con carga inalámbrica a través de Wireless Charging Orb y una cámara trasera de 8 megapíxeles. Como veis, una configuración estupenda, sobre todo si tenemos en cuenta que este móvil llegó en noviembre de 2012 a un precio de 299 euros para el modelo con 8 gigabytes de capacidad.
Su sucesor, el Nexus 5, fue presentado por Google en octubre de 2013, y es un gama alta con «todas las de la ley». Su pantalla ha crecido hasta alcanzar las 4,95 pulgadas, y en esta ocasión cuenta con un panel Full HD. Su SoC también es mucho más potente que el del Nexus 4, de hecho, es un Snapdragon 800 a 2,3 GHz como el que incorporan muchos de sus rivales. La batería también creció ligeramente, hasta alcanzar los 2.300 mAh, pero la memoria principal (2 gigabytes) y las cámaras (de 8 y 1,3 megapíxeles) son como las de su predecesor. Eso sí, la conectividad del Nexus 5 es mejor que la del 4 al incorporar LTE/4G. Como decía antes, es un móvil claramente premium, pero lo más interesante es que llegó al mercado con un precio muy competitivo: 350 euros el modelo de 16 gigabytes de capacidad, y 399 euros el de 32 gigabytes. Veremos con qué nos sorprende Google en su próximo móvil de alta gama.
HTC One
La primera versión del actual «buque insignia» de esta compañía taiwanesa se dio a conocer en febrero de 2013, aunque llegó a las tiendas unas semanas más tarde. Sus predecesores, los modelos One X y One X+, habían recibido buenas críticas, pero no tuvieron el éxito que HTC esperaba. Probablemente esta es la razón por la que el HTC One (M7) fue un smartphone completamente nuevo. Estrenó chasis, de aluminio y de una sola pieza, pantalla Full HD de 4,7 pulgadas y SoC Snapdragon 600 de cuatro núcleos a 1,7 GHz. Además, llegó con 2 gigabytes de RAM y dos capacidades: 32 y 64 gigabytes. También con NFC, LTE y WiFi 802.11ac en el apartado de la conectividad, y con una batería de 2.300 mAh.
Pero una de las características que dieron personalidad propia al One del año pasado fue su cámara trasera, que se desmarcó de las de sus competidores por utilizar unos fotodiodos de mayor tamaño, pero, a cambio, sacrificó la resolución, que se quedó en la órbita de los 4 megapíxeles. Suficiente para algunos usuarios, pero corta para otros. Aun así, el One (M7) fue uno de los mejores teléfonos con Android de 2013, lo que provocó que HTC decidiese respetar sus líneas maestras en el One (M8), que, como recordaréis, fue presentado en marzo de este año. Su diseño es muy similar al de su predecesor, con un chasis de aluminio y una sola pieza, pero la pantalla ha crecido desde las 4,7 hasta las 5 pulgadas, aunque la resolución sigue siendo Full HD.
Los altavoces BoomSound siguen presentes, pero los botones de navegación han sido integrados en la interfaz del sistema operativo. Y la cámara trasera también ha sido rediseñada. Sigue utilizando la tecnología Ultrapixel, con fotodiodos grandes y 4 megapíxeles, pero ahora incorpora una segunda óptica que recoge información acerca de la profundidad para permitirnos ajustar el enfoque después de haber tomado las fotografías. La cámara delantera también ha pasado de 2,1 a 5 megapíxeles. Y no podemos olvidarnos del SoC, que en el One (M8) es un potente Snapdragon 801 acompañado por 2 gigabytes de RAM, lo que lo sitúa claramente un paso por delante de su predecesor, que, como hemos visto, tenía un Snapdragon 600.
LG G
Esta familia de teléfonos de la compañía surcoreana nos ha deparado varios modelos interesantes, pero, sin duda, el móvil que ha situado a LG definitivamente «en el mapa» fue el G2, presentado en agosto de 2013, y dotado de una configuración perfectamente equiparable a la de sus competidores más avanzados. En ella destaca un SoC Snapdragon 800 y su pantalla IPS Full HD de 5,2 pulgadas, que, a pesar de ser algo más grande que la de buena parte de sus rivales directos, se beneficia de unos marcos mínimos que han permitido al G2 mantener su tamaño bajo control, con unas medidas similares a las de sus competidores que incorporan una pantalla de 5 pulgadas.
LG tuvo una idea original cuando decidió no utilizar botones físicos en el frontal o los laterales, y los situó en la parte trasera. Además, el G2 tiene 2 gigabytes de RAM, gráficos Adreno 330, una batería de 3.000 mAh, una cámara trasera que utiliza un sensor OIS de 13 megapíxeles y, cómo no, conectividad LTE. Y llegamos a su sucesor, el G3, que, como sabéis, ha sido presentado hace tan solo unas horas. Como hemos visto, el G2 es un terminal muy afinado, por lo que las expectativas que todos habíamos depositado sobre su sucesor eran altas, y no parece haber defraudado a casi nadie.
El nuevo G3 se ha desmarcado de su predecesor en varios apartados importantes. El más evidente es su pantalla, que ha abandonado las 5,2 pulgadas del G2, creciendo hasta las 5,5 pulgadas, lo que ha provocado que, a pesar de que los marcos siguen siendo muy finos, haya aumentado de tamaño un poco si lo comparamos con su antecesor. Además, su panel True HD-IPS ahora tiene resolución Quad HD (2.560 x 1.440 puntos), y, curiosamente, alcanza la misma cantidad de píxeles de un iMac de 27 pulgadas. Pero esto no es todo. La batería tiene la misma capacidad de la incluida en el G2, aunque ahora es extraíble y su cátodo es de grafito, por lo que su vida útil es mayor y su autonomía no se verá resentida con el paso de los años.
Por su parte, la cámara trasera sigue teniendo 13 megapíxeles, pero incorpora un nuevo sistema de enfoque por láser que acelera la captura y el estabilizador óptico OIS+ que vimos en el G Pro 2. Y su SoC, cómo no, es un Snapdragon 801 acompañado por 2 gigabytes de RAM y 16 gigabytes internos ampliables mediante una ranura micro-SD.
Samsung Galaxy S
La familia Galaxy S es una de las más prolíficas del mercado de los smartphones. Desde el principio fue concebida por Samsung como su gama de móviles premium, y el primer modelo, el Galaxy S (GT-I9000), a secas, fue presentado en marzo de 2010 con una configuración que ya entonces apuntaba maneras: una pantalla Super AMOLED de 4 pulgadas, procesador Hummingbird a 1 GHz, GPU PowerVR SGX540, 512 megabytes de RAM, cámara de 5 megapíxeles y Android 2.1 Eclair.
Un año después, en febrero de 2011, Samsung aprovechó la celebración del MWC para presentar el Galaxy S2, otro terminal de alta gama con una configuración claramente más avanzada que la de su predecesor. En ella destacaron su procesador de doble núcleo a 1,2 GHz, su pantalla Super AMOLED Plus de 4,3 pulgadas, 1 gigabyte de RAM, la GPU Mali-400 MP, su cámara de 8 megapíxeles y una capacidad de almacenamiento bastante notable, de 16 o 32 gigabytes. Además, el Galaxy S2 llegó con conexión HDMI y Android 2.3 Gingerbread.
El siguiente miembro de la familia fue el Galaxy S3, que llegó a mediados de 2012 envuelto en la enorme expectación que había depositado sobre él el éxito de sus predecesores. Este móvil aterrizó con un nuevo diseño en el que destacaron su pantalla de 4,8 pulgadas con tecnología HD Super AMOLED y resolución 720p, su procesador Exynos con cuatro núcleos a 1,4 GHz, 1 gigabyte de RAM, GPU Mali-400 MP (la misma del modelo anterior pero mejorada), cámara de 8 megapíxeles y conectividad NFC. Esta vez la versión de Android fue la 4.0 Ice Cream Sandwich.
Seguimos adelante. Samsung dio a conocer el Galaxy S4 en marzo del año pasado con la intención de posicionarlo como una firme alternativa al iPhone 5. Y sus características le ayudaron a afianzarse en esta posición. Llegó con una pantalla AMOLED Full HD de última generación, en su momento, y 5 pulgadas; un procesador Snapdragon 600 (aunque también existe otra versión con SoC Exynos 5410 con ocho núcleos); 2 gigabytes de RAM; almacenamiento interno de 16, 32 y 64 gigabytes ampliables mediante micro-SD; una batería extraíble de 2.600 mAh claramente superior a la unidad de 2.100 mAh del Galaxy S3; conectividad LTE, WiFi 802.11ac y cámaras trasera y frontal de 13 y 2 megapíxeles respectivamente. Y de fábrica salió con Android 4.2.2 y una edición renovada de TouchWiz.
El actual «buque insignia» de Samsung, el Galaxy S5, fue presentado a finales del pasado mes de febrero como el móvil con el que la compañía surcoreana pretende enfrentarse a los últimos gama alta de sus competidores. Su configuración le permitió salir bien parado de las pruebas a las que lo sometieron nuestros compañeros de Xataka hace varias semanas. De hecho, en ella destacan su pantalla AMOLED de 5,1 pulgadas y resolución Full HD, la certificación IP67 que lo hace resistente la polvo y al agua, su nuevo sensor biométrico colocado en el botón de inicio y su monitor del pulso. Sus demás componentes son los que esperábamos: un procesador Snapdragon 801 a 2,45 GHz, 2 gigabytes de RAM (aunque algunos estábamos convencidos de que llegaría con 3 gigabytes), almacenamiento interno de 16 y 32 gigabytes, conectividad LTE, WiFi 802.11ac y NFC, cámara trasera de 16 megapíxeles y batería de 2.800 mAh extraíble. ¿Y Android? Pues la edición 4.4.2 Kit Kat.
Sony Xperia Z
El primer Xperia Z llegó al mercado en un momento delicado. Aterrizó en las tiendas a principios de 2013, un poco antes que la mayor parte de los que serían sus competidores directos, y prácticamente coincidió con el lanzamiento de la familia de SoC Snapdragon 600 de Qualcomm, que fue el chip que poco después incorporaron algunos de sus rivales. Sin embargo, el Xperia Z original tuvo que conformarse con un procesador Snapdragon S4 Pro, que, lógicamente, era algo menos avanzado que el Snapdragon 600 que poco después incorporaron el Galaxy S4 de Samsung y el HTC One, por ejemplo. Aun así, este Xperia fue, y sigue siendo, un buen móvil.
Sony decidió apostar por una pantalla Full HD de 5 pulgadas, 2 gigabytes de RAM, 16 gigabytes de almacenamiento interno ampliables mediante una tarjeta micro-SD, una cámara trasera de 13 megapíxeles, Android 4.1 Jelly Bean «de fábrica», conectividad NFC y resistencia al agua y el polvo. Estas no son todas sus características, pero sí las más relevantes. Lo curioso es que su sucesor, el Xperia Z1, no llegó un año después, sino solo ocho meses más tarde que el primer Xperia Z. Y con él Sony intentó apuntalar todo aquello que podía ser mejorado en el primer teléfono de esta familia.
La pantalla del Z1 tiene las mismas pulgadas y la misma resolución del Z, pero el panel es un Triluminos, que, en principio, es capaz de restituir una gama cromática más amplia. También mantiene la misma memoria, las certificaciones IP55/IP58 y un chasis similar al del Xperia Z. Pero es ligeramente más grande, algo más pesado (sobre todo porque la batería ha pasado de 2.330 a 3.000 mAh), y, ante todo, incorpora un SoC más potente: todo un Snapdragon 800. La cámara trasera también creció hasta alcanzar los 20,7 megapíxeles e incorporó una lente G de Sony.
Como sabéis, el último smartphone de esta familia, el Xperia Z2, fue presentado por Sony en la edición del MWC del pasado mes de febrero. Su diseño es, de nuevo, muy similar al del Z1, pero la pantalla ha crecido hasta alcanzar las 5,2 pulgadas, aunque sigue siendo Full HD. Los altavoces, por otra parte, han pasado del perfil inferior a los extremos de la pantalla, una solución que dio buenos resultados al One de HTC, uno de sus rivales más destacados. La batería también crece algo, hasta alcanzar los 3.200 mAh, la memoria RAM pasa a ser de 3 gigabytes y el SoC en esta ocasión es un Snapdragon 801. Y, en lo que se refiere a la grabación de vídeo, puede grabar secuencias UHD (2160p) a 30 FPS, superando a sus dos predecesores, que debían conformarse con la grabación a 1080p.
Así se reparten el mercado
Actualmente Samsung ocupa una posición privilegiada en el mercado de los smartphones en general, y de los móviles con Android en particular. Según la consultora Localytics, a finales del pasado mes de febrero esta compañía dominaba nada menos que con el 65% del mercado de los dispositivos con Android. Esta cifra puede desglosarse en un 30% para los teléfonos de la familia Galaxy S, lo que demuestra el peso que tienen los móviles de alta gama en su facturación global, y el 35% restante pertenece a los demás dispositivos de Samsung con Android.
Los demás fabricantes se reparten el 35% restante del pastel. LG ocupa la segunda posición en el mercado Android con un 7%, seguida por HTC con un 6%, y a un paso de estas dos está Sony con un 5%. Un poco más atrás, con un 4% del mercado, se encuentra Motorola, y el restante 13% se lo reparten las demás empresas. Es muy probable que desde el pasado mes de febrero, que es la fecha en que fue elaborado este informe, la situación del mercado de Android apenas haya cambiado. Seguiremos atentos para ver cómo evoluciona en el futuro, pero, actualmente, es evidente que la compañía que manda con autoridad es Samsung.
En Xataka Móvil | LG G3, toda la información
En Xataka | LG G3
Ver 7 comentarios