El mercado de telefonía móvil en España es muy particular. De tener tres grandes operadores - Movistar, Vodafone y Orange - hemos pasado a contar con un operador con red más, Yoigo, y multitud de operadores móviles virtuales. Sin duda alguna la llegada de estos nuevos actores ha contribuido a la dinamización del mercado, pero sobre todo a la rebaja de los precios de las tarifas o lo que es lo mismo, que gastemos menos.
Pero ahora, en pleno auge de la convergencia y con virtuales con malos números, el mercado es muy maduro y está comenzando a reflejar síntomas de nuevos cambios. Los siempre perdedores viejos operadores con red propia siguen cayendo, aunque a menor ritmo que en pasadas épocas, pero quien sobre todo está sufriendo últimamente es Yoigo. Por eso podemos asegurar que algo pasa con Yoigo.
Aquellos maravillosos años
Yoigo durante años ha disfrutado de una salud envidiable por cualquier otro operador. Recordemos que el operador empezó su andadura comercial justo a tiempo para llegar a la campaña navideña de 2006, aunque realmente llevaba en gestación desde el año 2000, cuando obtuvo una licencia para ofrecer cobertura 3G.
Esos primeros años de vida del operador fueron totalmente satisfactorios. Con un posicionamiento de marca de bajo precio, incluso sin tiendas físicas, y con los virtuales casi en pañales todavía, Yoigo crecía con gran fuerza gracias a una estrategia muy clara: atacar a los viejos actores del mercado con tarifas más económicas.
En el anterior gráfico podéis ver como ha sido la evolución de Yoigo desde su nacimiento, según datos oficiales de la CNMC. Ya en enero de 2007 contaban con 44.000 líneas, cifra que creció con fuerza al ganar en doce meses 447.000 líneas, cifra de crecimiento que prácticamente se repitió el año siguiente. Pero tras un pequeño bache en 2010 el verdadero éxito de Yoigo llegó en 2010 y 2011.
Con la crisis económica ya instalada en nuestro país, más o menos según quien lo mire, Yoigo se vio claramente beneficiada por los usuarios que tras años de fidelidad a sus operadores de siempre buscaban soluciones para bajar el importe de sus facturas. Ello le llevó a ganar casi millón y medio de clientes entre enero de 2010 y enero de 2012, acercándose ya a los tres millones de líneas.
Pero con la retirada paulatina de las subvenciones de terminales, estrategia que comenzó Movistar a la que siguieron en resto de operadores, la racha de Yoigo se truncó. Las tres grandes dejaban de pelear por ofrecer los mejores teléfonos gratis y se centraban en la guerra de tarifas, guerra en la que cada vez apretaban más los virtuales. Y no se puede decir que Yoigo no participase de ella, de hecho fueron de los primeros en ofrecer llamadas nacionales ilimitadas con sus tarifas Infinitas, pero la competencia en precio ya era total.
Ya nada fue lo mismo para Yoigo. De pasar a ganar más de 800.000 clientes en un año sus cifras fueron perdiendo fuelle año tras año, reduciéndose su ganancia neta de líneas a escalones hasta alcanzar el más bajo entre enero de 2013 y enero de 2014, cuando solo fueron capaces de ganar 204.000 líneas, pero con datos mensuales aún más preocupantes.
Los últimos doce meses, una montaña rusa para Yoigo
El siguiente gráfico describe a la perfección que está ocurriendo con Yoigo últimamente. Ya no solo estamos hablando de que el operador con red propia más joven esté perdiendo comba, es que ya ha habido meses donde en portabilidad neta está perdiendo líneas. Los datos de portabilidades netas son realmente los que más interesan a los operadores, ya que las nuevas altas no recogidas en estos datos, suelen venir en gran parte de líneas de prepago con bajo consumo y/o no suponen arrebatar líneas a otros operadores.
En él podemos observar como hace un año Yoigo comenzó su particular vía crucis. En junio de 2013 el operador perdía líneas en portabilidad neta, no llegaba a 4.000, pero eso era un presagio de lo que estaba por venir. Tras una campaña de verano positiva, donde los operadores se suelen apoyar en una mayor subvención de terminales, Yoigo volvía a perder líneas mediante portabilidad.
Fueron poco más de 15.000 líneas perdidas entre septiembre y octubre que se recuperaron de nuevo en una campaña, está vez navideña, en la que de nuevo los precios de los móviles ayudaron a Yoigo a sacar la cabeza. Pero ya fuera de nuevo de una época punta para las portabilidades el operador ha vuelto a encadenar malos datos. De hecho entre marzo y mayo Yoigo ha encadenado por primera vez en su historia tres meses seguidos perdiendo líneas mediante portabilidad.
Convergencia, la piedra en el camino de Yoigo
Pero vista la evolución de varias años y de los últimos doce meses de Yoigo es hora de preguntarse ¿qué ha pasado con Yoigo? La respuesta se podría resumir en una sola palabra: convergencia.
A Yoigo como a muchos virtuales les ha pillado un toro: la oferta convergente. Muy pocos esperábamos que Movistar azuzase el mercado español de telecomunicaciones después del verano de 2012 con un movimiento tan inteligente por su parte, juntar la factura del fijo y del móvil. Aunque el ex-monopolio siga contando por miles sus pérdidas de líneas mensuales con la unión del fijo y del móvil en una tarifa dio a sus rivales un golpe certero.
Nadie como Movistar cuenta con una red fija tan amplia, que le permite ofrecer sus tarifas Fusión a la gran mayoría de los usuarios españoles, pero ya no es cuestión de mejorar sus datos, sino de sacar del tablero a importantes rivales. Vodafone y Orange cuentan con una red fija que aunque no llega a muchos usuarios les permite cierto margen de maniobra, al igual que ocurre con ONO o las cableras regionales. Pero ¿y Yoigo y el resto de virtuales?
Para intentar esquivar esa piedra Yoigo llegó a un acuerdo con Movistar para poder lanzar su propia oferta convergente. El resultado se llama Fusión a lo Yoigo, tarifas que no han sufrido mejoras desde su lanzamiento. Con un margen de maniobra muy escaso, al fin al cabo lo que hace es revender las conexiones fijas de Movistar, Yoigo no ha podido responder a las mejoras de los productos convergentes de otros operadores. Además el producto ya era prácticamente idéntico al de Movistar, misma conexión y mismos minutos y megas en las líneas móviles, pero ha perdido aún más fuelle al incorporar Movistar paquetes de televisión gratis, a lo que Yoigo no puede responder.
A Yoigo le pasa (seguramente) como a muchos virtuales, muchas de las líneas que se fugan abandonan la compañía porque se van a fusionar. Pero de hecho los informes mensuales de la CNMC no dejan ver datos muy interesantes, al agrupar los datos de todos los virtuales en un solo un número. Veamos que pasa si cogemos los datos de portabilidades netas del mes de mayo y separamos a los virtuales puramente convergentes (ONO, Jazztel y las cableras) del resto de operadores virtuales. Los gráficos hablan por si solos.
Además en el caso particular de Yoigo y ya dejando de lado la convergencia merece especial mención su última renovación de tarifas. Sin duda alguna ha sido una reforma de tarifas buena pero orientada a los que más gastan, con su foco en tarifas con cuotas mensuales de 25 euros o más. Pero ya no es que Yoigo se haya olvidado de los que menos gastan, sino que Orange y Vodafone le han respondido con movimientos muy inteligentes. El fuerte de Yoigo en el pasado era precisamente ofrecer mejores tarifas que los otros grandes, pero sus tarifas se parecen cada vez más a las de Vodafone u Orange, o al revés.
¿Hay futuro para Yoigo?
Algo nos debería haber quedado claro tras este análisis, y es que si la situación no cambia drásticamente Yoigo nunca volverá a crecer como lo hizo años atrás, algo que tiene su lógica en parte aunque la convergencia no campase a sus anchas ahora mismo. Pero ya no se trata de no crecer como antes, sino simplemente de crecer.
¿Cuáles pueden ser las soluciones para Yoigo? Sinceramente yo solo encuentro dos. La primera de hecho solo es una solución parcial, luchar por las líneas secundarias, aquellas que a lo mejor no merece fusionar por su bajo consumo, aunque Yoigo no ha apostado por ellas en su última renovación de tarifas.. La segunda si es una solución total pero muy drástica, buscar una unión de fuerzas, véase directamente una fusión/absorción, con Jazztel, el único operador independiente con una gran red fija.
A Yoigo le debemos al menos en parte los importantes cambios que ha sufrido en los últimos años el mercado de telefonía móvil español, sobre todo en el aspecto de las tarifas, pero su futuro no parece muy claro. Y recordemos que Yoigo era en su día una compañía valorada en 1.000 millones de euros por su empresa matriz.
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