Sí, soy de esos. Aunque siempre me ha dado corte eso de pavonearme por no usar WhatsApp, creo que ha llegado el día en que públicamente explique los motivos que me llevaron a dejar la popular app de mensajería a finales de 2019 y a intentar retomarla en este 2022 sin éxito.
Y es que me sigue pareciendo increíble que una aplicación tan popular y que tiene a Meta detrás siga pecando de un ritmo de evolución lento. Y sí, soy consciente de que últimamente están llegando muchas novedades, pero insuficientes. Al menos a mi modo de ver y, creo, que en el de otros muchos.
No, la polémica de la privacidad no fue un motivo
Hay quienes, de forma muy respetable, alegan no querer ceder ningún tipo de dato a Meta en vistas de sus escándalos de privacidad del pasado con casos como el de Cambridge Analytica. Ni siquiera aquella intención de WhatsApp de compartir sus datos a Facebook, de la cual se arrepintió, es motivo. Y es que esto último pasó cuando yo ya había decidido dejar la app y mudarme a Telegram.
Precisamente Telegram no es un adalid de la privacidad y pierde de calle con WhatsApp por culpa de la ausencia de cifrado de extremo a extremo que sí tiene WhatsApp en los chats que no sean secretos. Sin embargo, fueron otros los motivos que me impulsaron a cambiar. El principal es estar cansado de conversaciones superfluas con personas que, con todo mi cariño, ni me van ni me vienen.
En WhatsApp me abundaban los típicos mensajes de conocidos que cada X tiempo se pasan a saludar por fingir interés. Será de un comportamiento imbécil para muchos, pero odio mantener conversaciones hipócritas. Ni a ellos les importo, ni ellos a mi. Todos felices y sin paripés.
Aunque si hubo un motivo de peso fue el de poder obtener funciones que WhatsApp no tenía. Ser multiplataforma, copias de seguridad en la nube, editar mensajes, eliminar mensajes sin dejar rastro o enviar archivos sin comprimir y de hasta 2 GB de peso.
La gran mayoría de mis contactos habituales ya tenían Telegram, y aunque me reconocían y siguen reconociendo usar más WhatsApp, no les importaba contactarme por Telegram. Y quienes no, siempre tenían otras vías de contacto que mantuve activas en redes como Instagram o Twitter. Y si es urgente, una llamada, que para eso sigue estando esa función y de hecho es de agradecer incluso teniendo WhatsApp.
¿Por qué volví a usar WhatsApp?
Reconozco que al principio pensé que iba a ser más duro desinstalar WhatsApp del móvil por aquello de la presión social, aunque me sentí bastante cómodo por lo que comentaba en el párrafo anterior. Sin embargo, como amante de la tecnología, no podía ignorar una de las apps más populares.
De hecho, por mi trabajo como editor en medios de comunicación tech, se me hacía casi indispensable para estar al tanto de todas las novedades. Eso, sumado a algún que otro grupo de WhatsApp, me empujaron a volver a instalar la app. No mencionaba antes que la pereza que me provocan estos grupos fueron también motivo para irme, pero lo cierto es que en mi regreso me han sido útiles a modo informativo, sin tener que interactuar.
Un aspecto importante de este regreso a WhatsApp viene dado por la completa desactivación de notificaciones. He tratado de mantener contacto con aquellos que me constaba que les resultaba tedioso usar Telegram, pero esta siguió siendo mi app de comunicación principal. Mi vuelta a la app de Meta vino con el condicionante de ser una app secundaria y solo si quería (y me acordaba) entraba a ver qué se estaba cociendo en mis chats.
En mi vuelta, seguí notando carencias importantes
Si bien cuando he vuelto a WhatsApp he podido ser testigo de que ya estaban implementadas muchas funciones que antaño no estaban y que durante la marcha se han ido incorporando otras, sigue habiendo varios puntos de conflicto que me alejan de volver a tomarla como app principal. Y mira que he querido intentarlo.
Sigue sin ser multiplataforma
Sí, sé que es posible usar WhatsApp en un ordenador, ya sea WhatsApp Web o en la app de escritorio. Sin embargo, sigue estando demasiado vinculado al móvil, teniendo que estar siempre al tanto de que no caduque la sesión y, sobre todo, sin poder utilizarla en dos móviles.
Soy consciente de que la inmensa mayoría de usuarios dispone solo de un smartphone. Sin embargo, por mi trabajo siempre dispongo de varios terminales, ya sean los que estoy analizando para una review o mis iPhone 13 Pro Max y Google Pixel 6 Pro, entre los cuales me voy moviendo para no perder de vista iOS y Android.
Precisamente estar a caballo entre dos sistemas operativos móviles es un problema importante en WhatsApp. No poder usar la cuenta en los dos móviles me obliga a estar cada vez iniciando sesión en un terminal hasta el punto de que muchas veces no me compensa. WhatsApp establece un límite de veces que puedes iniciar sesión en un móvil y, pasado ese límite, no puedes cambiar tu cuenta a otro dispositivo hasta que pasa un tiempo.
No puedo elegir dónde quiero hacer la copia de seguridad
Al hilo de lo anterior, pasar los chats de iOS a Android o viceversa es una auténtica odisea y requiere de restaurar el dispositivo cada vez, algo inviable y que me empuja a ir perdiendo siempre los chats. Mientras Telegram ofrece una copia en sus propios servidores que hace que siempre se mantengan tus chats, WhatsApp solo permite hacerlo en la nube de Google Drive (en Android) y en iCloud (en iOS).
Si bien es comprensible que almacenar todos los chats de millones de personas puede suponer un gran problema económico y de infraestructuras para WhatsApp, creo que sería mucho menos problemático poder elegir un sistema alternativo para los backups. Ya sea una nube que exista tanto en Android y iOS como una posible copia local que luego puedas llevar a otros dispositivos.
Que tu número de teléfono sea público me sigue pareciendo un atraso
Acepto y entiendo que el número de teléfono sea imprescindible para crear una cuenta de WhatsApp y que se quede vinculado así, algo que sucede en otras muchas plataformas y en la mismísima Telegram. Sin embargo, no comprendo tanto que tenga que dar mi teléfono para que me localicen. Con amigos o familiares, sin problema, pero no tanto con otras personas u entidades con las que por un motivo concreto me he de comunicar por WhatsApp y no deseo que me llamen.
Mientras que en otras aplicaciones es posible crear un número de usuario que de por si solo sirva para entregar a otra persona y te contacte, en WhatsApp no existe tal opción. Y honestamente lo considero un atraso en un tiempo en los que la app ya no solo se usa para asuntos personales, sino también para profesionales, escolares y contacto con empresas.
Así, a día de hoy WhatsApp sigue en mis dispositivos. Mi pasión y trabajo así me lo exigen para no perderme sus avances y poder escribir sobre sus novedades o hacer guías de uso. Sin embargo, si antes ya era una app secundaria, ahora es casi terciaria.
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