El pasado domingo 9 de diciembre se cumplieron 15 años de uno de los mayores hitos en la telefonía móvil: Steve Jobs presentaba el iPhone original durante una keynote que ha quedado grabada para la posteridad. Y tuve la suerte de conseguir ese teléfono de importación, un smartphone que cambió mi uso de la telefonía en concreto y de la tecnología en general.
Nos hemos acostumbrado a que la telefonía móvil apenas sufra evolución de un año a otro, los cambios básicamente se reducen a mayor potencia, variaciones de diseño y, sobre todo, a una presión de los precios en ambos extremos: la gama de los 200 euros y la de los 1.000. Pero hubo un tiempo en el que había espacio para reinventar la telefonía y poner patas arriba la industria al completo. Retrocedamos a 2.007.
Un móvil secreto que consiguió presentarse casi de milagro
El desarrollo del iPhone original se fraguó en secreto y durante un camino tan accidentado como plagado de retos para el equipo de Apple que se involucró. Ese proceso de años culminó con la esperada evolución desde el iPod, un dispositivo musical que se había convertido en el icono de Apple, al iPhone, un móvil que en 2007 rompió esquemas y que ha terminado siendo la joya del catálogo.
Apple cambió el rumbo de la telefonía móvil a fuerza de crear un smartphone de enorme pantalla táctil y con tecnología capacitiva. La tendencia en 2007 era la de los móviles con teclado numérico, los smartphones BlackBerry con teclado físico QWERTY y móviles inteligentes de Nokia con Symbian que, por lo general, ofrecían interfaz con botones.
Durante la keynote en la que Steve Jobs presentó el iPhone original todos asistimos en directo al que sería mayor cambio de tendencia en la tecnología. Y no sólo en la de los móviles, que las pantallas táctiles con botones virtuales, iconos y aplicaciones se han expandido hasta a las neveras. Tal y como confesó Andy Rubin años más tarde, el padre de Android cambió por completo su sistema operativo tras la presentación del iPhone.
Apple creó un móvil espectacular, pero no supo aprovecharlo hasta que los desarrolladores ajenos le enseñaron. Tuve el primer iPhone, conseguí comprarlo de importación. Éste me pareció impresionante al principio y casi inútil tras las primeras horas de uso: tenía contadas aplicaciones, apenas podías hacer nada con él aparte de navegar, escuchar música o ver YouTube. En definitiva: no era más que un teléfono con la pantalla gigante. Por suerte estaba el Jailbreak.
Tras ese primer ratito a solas con el software original no tardé en hacerle Jailbreak e instalar al iPhone lo que valía verdaderamente la pena: Installer. Esa primera tienda para el iPhone abría la puerta a las aplicaciones, tanto gratis como de pago. Éste fue el comienzo del gran hito de Apple: la App Store.
Apple supo reunir en el iPhone todo lo mejor de la telefonía
Tras ese iPhone original Apple estableció la estrategia de renovar anualmente su smartphone introduciendo mayor potencia en cada iteración, incrementando las prestaciones y ampliando las opciones de software del dispositivo. Con el salto a iPhone OS 2.0 llegó el iPhone 3G y la App Store.
Una vez la tienda oficial estuvo en pie, y después de que el iPhone finalmente se internacionalizase (el 3G llegó a España con Movistar), tener un iPhone fue pasando de anécdota a algo progresivamente más común. Las apps y los juegos aprovechaban las posibilidades táctiles de la pantalla, ya no había que pelearse con el Jailbreak y la calidad de ese software creció hasta niveles que no habría pensado en los smartphones. Esto terminó contagiando al resto de fabricantes, lo que cambió la tendencia de la telefonía.
Si bien Apple logró un producto revolucionario que, en su conjunto, era único, lo cierto es que sus elementos por separado ya existían en el mercado. El smartphone se había popularizado gracias a las BlackBerry, Nokia tenía tienda de aplicaciones para sus Symbian (como BlackBerry), los dispositivos PDA ofrecían pantallas táctiles (resistivas y con stylus), había móviles capaces de hacer fotos (mi amado Nokia 7650, por ejemplo), jugar en el móvil era bastante común (la Nokia N-Gage se coronó como la primera consola smartphone) y hasta la mensajería instantánea, clave en cualquier móvil de hoy día, estaba al alcance de casi cualquiera (el BBM de BlackBerry).
Apple supo aunar en un único dispositivo lo mejor de su ecosistema (iTunes y iPod) creando una capa de software que ha ido ampliando sin perder las premisas con las que nació el iPhone: exclusividad, control, valor para el usuario y una progresiva deriva hacia los servicios.
A lo largo de las 16 generaciones hemos asistido a una evolución constante desde unos inicios prácticamente sin competencia a una actualidad donde, pese a tener decenas de contrincantes, Apple se mantiene como el faro a seguir, la poderosa marca que no sólo domina las bolsas a nivel mundial, también las tendencias en tecnología. Todo pese a que la propia empresa sigue inspirándose en el resto, como ocurrió durante el nacimiento del primer iPhone.
El iPhone nunca tuvo tanta competencia, pero sigue siendo el rey
Apple se mantiene en el tercer puesto en términos de fabricantes de telefonía móvil. Esta clasificación va fluctuando en torno a los primeros clasificados: Samsung, Xiaomi y Apple; en detrimento de Huawei, que ya se encuentra casi desaparecida (siempre según el número de móviles distribuidos y estimados). No obstante, Apple suele barrer con el iPhone en el segmento de la gama más alta, también es la marca que cuela el mayor número de móviles en los primeros puestos a nivel mundial.
Android se convirtió en el sistema operativo móvil más utilizado en todo el mundo, las cifras son claras: 70,01 % de cuota para los androides y 29,24 % para iOS (datos de Statcounter; estimados). Esta diferencia de uso tan abismal también se traslada al número de dispositivos: durante 2021 se presentaron en todo el mundo más de 500 smartphones con Android (datos de GSMArena) frente a los cuatro iPhone que Apple desveló en octubre. Pese a las desiguales cifras, Apple es la marca que más beneficios obtiene de sus teléfonos. Y la que más tendencia marca en el mercado.
Ya han pasado quince años desde que Steve Jobs presentó el iPhone original. No parece demasiado, pero lo cierto es que la tecnología móvil ha cambiado de manera radical desde ese 9 de enero de 2007. Seguimos llamando, usando apps, enviando mensajes instantáneos, haciendo fotos, desde unos dispositivos con pantalla gigantesca que poco se parecen ya a ese iPhone original. Aun así, el ADN sigue casi intacto, veremos si aguanta quince años más. Pese a ser una de las empresas más importantes del mundo, Apple tiene cada vez más enemigos. Incluso ella misma empieza a serlo.
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