Si preguntásemos qué teléfono es el más aspiracional del mercado, probablemente el iPhone arrasaría entre las respuestas. No siempre fue así: el teléfono de Cupertino aterrizó en 2007 destronando progresivamente al anterior, la BlackBerry. Pero correlación no implica causalidad. BlackBerry y RIM escribieron (¡y escriben!) su propia historia repleta de subidas y bajadas cual montaña rusa donde tan importante como la coyuntura ha sido acertar en lo de "renovarse o morir".
Ascenso hasta la cima
RIM nació en 1984 en Canadá de la mano de Mike Lazaridis y Douglas Fregin como una empresa de consultoría informática y de software, pero su desarrollo de sistemas de transmisión de datos empleado para pagos inalámbricos y buscas les sirvió más adelante como base para el primer smartphone BlackBerry. En el proceso, la unión de Jim Balsillie al proyecto con su correspondiente inyección económica.
De hecho, el precursor de la primera BlackBerry fue el busca RIM Inter@ctive Pager 900, con teclado teclado QWERTY y podía enviar faxes y correos electrónicos. ¿No os parece que las teclas del dispositivo parecen semillas de frutos rojos? Pues a ellos sí, razón por la que parece ser empezaron a indagar nombres de frutas y vegetales. El fin de este brainstorming fue BlackBerry, que además le pegaba bastante a su carcasa negra. Hola, BlackBerry.
Más buscas (como la BlackBerry 957) y más herramientas como la solución inalámbrica de correo electrónico conocida como BlackBerry Enterprise Server catapultaron a la firma en el mercado norteamericano, con salidas a la bolsa canadiense y posteriormente al NASDAQ. Días de vino y rosas. Pero si hay algo por lo que BlackBerry ascendió hasta el Olimpo, es por sus smartphones. Su primer dispositivo capaz de hacer llamadas mediante la red GSM (un teléfono, vamos), es la BlackBerry 5810, que data de 2002. Si te estás preguntando por qué la foto del modelo de marras lleva auriculares, la respuesta probablemente te sorprenda: como no incorporaba si altavoz ni micrófono, eran necesarios para llamar.
Lo de poder llamar únicamente con el teléfono llegó con la BlackBerry 6210 de 2003. Además gracias al soporte de Java, ya incluido en la 5810, se empezaban a ver aplicaciones, acercando este terminal a lo que hoy conocemos como smartphones. En 2007, su servicio de telefonía había superado los nueve millones de usuarios. Y es que en los tiempos de hegemonía de SMS como herramienta de comunicación textual vía telefónica pese a sus limitaciones (de espacio y de dinero, ya que cada mensaje enviado tenía un coste y solo cabía un número de caracteres por mensajes), RIM pisaba fuerte con su servicio de mensajería.
Batalla legal por las patentes. Con el cambio de milenio, la empresa NTP entra a escena demandando a RIM por infringir sus patentes, concretamente la de un servicio de correo electrónico móvil e inalámbrico en el que BlackBerry se habría basado. La justicia dio la razón a NTP y BlackBerry tuvo que abonar 23,1 millones de dólares. No quedó conforme y se sumió en un laberinto de apelaciones con hitos como el bloqueo cautelar de las ventas de BlackBerry en Estados Unidos en 2003 o el acuerdo final, en el que tuvo que desembolsar 612,5 millones de dólares a NTP allá por 2006, pero pudo seguir comercializando sus productos con sus servicios sin necesidad de abonar royalties a NTP.
En estos años de litigios, BlackBerry siguió creciendo, tanto con la evolución de sus terminales (como puedes comprobar visualmente en la fotografía de algunos de sus modelos, o más a fondo, con nuestro especial de modelos) como de clientes, pasando de dos millones en 2004 a superar los diez millones en 2007. Lo que comienza como un dispositivo para ejecutivos y early adopters acaba convirtiéndose en el teléfono más aspiracional para la mayoría de los mortales.
El nacimiento del iPhone y el paradigma del smartphone del futuro
En 2007 RIM representa el 30% de teléfonos vendidos en Estados Unidos y a nivel mundial es la segunda marca del mercado, solo superada por Nokia. Pero la empresa especializada en informática de Silicon Valley Apple presenta su primer teléfono inteligente. El iPhone era un teléfono caro, pero sentaba las bases de lo que sería el smartphone del futuro: con una pantalla táctil para interaccionar, navegar por internet a través de su navegador Safari, un lector de correos y un marco para crecer con aplicaciones y servicios redondeado con el lanzamiento de la App Store en 2008. Tres meses después Google hacía lo propio con Android Market y un año después BlackBerry estrenaba su BlackBerry App World con unos pocos cientos de apps.
Inicialmente no sufrió en demasía la llegada del iPhone y de los competidores de Google y de hecho sus cifras siguieron aumentando, alcanzando 20.000 millones en ventas en 2011 y 75 millones de usuarios, pero ese año fue el punto de inflexión. En ese momento las BlackBerry Pearl, Curve, Torch y Bold se batían el cobre con los smartphones táctiles y BlackBerry decidió contraatacar con las BlackBerry Storm, renunciando a su icónico teclado.
El experimento salió regular, principalmente porque la experiencia quedaba un tanto coja por culpa del sistema operativo, más lento y con menos posibilidades, y para más inri carecía de conectividad Wi-Fi. En el camino, había perdido el teclado y la facilidad que ofrece para añadir texto, lo que también le granjeó críticas entre los acérrimos de la marca.
La competencia del iPhone se puso las pilas en software: Nokia pretendía pasar de Symbian a Maemo, WebOS de la mano de Palm, Microsoft dejaba atrás Windows Mobile por Windows Phone y RIM se hizo con dos firmas que anticipaban más seguridad y un nuevo diseño a su interfaz, QNX Software Systems (quédate con este nombre, será importante después) y The Astonishing Tribe. La integración en el nuevo SO de BlackBerry (un proceso que le llevó más tiempo del deseado y despidos) desembocó en una prometedora línea de tabletas llamada PlayBook
Adiós RIM, hola BlackBerry
La PlayBook no cuaja por esa sensación de ser un producto a medias, la falta de aplicaciones y que hay por allí una tablet llamada iPad que se lleva el gato al agua. La caída del servicio durante tres días en octubre de 2011 tampoco ayuda a levantar cabeza. En 2012 RIM había perdido el 75% de su valor de mercado, así que a grandes males, grandes remedios: Jim Balsillie y Mike Lazaridis abandonan el cargo y dejan "como heredero" al puesto de director ejecutivo a Thorsten Heins. Primero seguirán en la órbita, pero en los años próximos venden sus acciones.
Heins apuesta por agitar el avispero. Lo primero que hace es cambiar el nombre de la empresa por el de su producto estrella, es decir, de RIM a BlackBerry. Un nuevo comienzo que se ve acompañado por el lanzamiento por fin (un proceso que les llevó más tiempo del deseado y despidos en el camino) de su nuevo sistema operativo BlackBerry 10 en 2013, que tiene entre sus novedades más llamativas la posibilidad de usar aplicaciones Android. Llegan también los dispositivos BlackBerry Z10 y Q10, el primero de ellos táctil y el segundo con teclado QWERTY.
RIM BlackBerry parecía haber hecho los deberes tanto con su sistema operativo como con sus smartphones, pero parece que llegan tarde, porque otros también lo han hecho: Android es el líder indiscutible con más del 50% seguido por iOS. BlackBerry es superado hasta por Windows Phone: recuperar su trozo del pastel va a tornarse en una misión imposible. En 2013, Heins es sustuido por John Chen.
Los resultados económicos son claros: pintan bastos. Y ni siquiera el lanzamiento de la BlackBerry Z30 o la posibilidad de poder usar su servicio BlackBerry Messenger en la competencia Android e iOS. En este particular Vía Crucis, la empresa despide al 40% de la plantilla, estudia posibles asociaciones e incluso la venta para salvar los muebles.
Diversifica y vencerás
En 2015 sucede un hito importante en la historia de BlackBerry-RIM que demuestra su enorme capacidad de adaptación: da el salto al sistema operativo BlackBerry Priv basado en Android. Además, también adquiere Good Technology por 425 millones de dólares, uno de sus principales competidores en gestión de dispositivos empresariales. Hay cierto viraje en la empresa, que se orienta hacia el software de administración de dispositivos.
No obstante, todavía siguen intentándolo en el territorio smartphone y un año después lanzan el teléfono táctil DTEK50, una BlackBerry producida por Alcatel. Este intento por mantenerse como fabricante de dispositivos móviles no dura mucho más y en 2016 anuncian el fin: BlackBerry ya no hará teléfonos, si no que sus nuevos dispositivos serán de terceras marcas.
Hay que tener en cuenta algo: cuando John Chen se convierte CEO de la empresa, BlackBerry comienza a subcontratar parte de la producción. Para finales de 2016, el desarrollo y la fabricación de los dispositivos ya corría totalmente a cargo de socios en el extranjero como Foxconn Technology Group y TCL Communications.
Como empresa centrada en software por el momento no le va mal, si bien en 2017 la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense respalda su encriptado para llamadas y mensajes de texto, de modo que pudo comercializarlo entre el gobierno de USA. Ese mismo año precisamente lanza el BlackBerry KEYone, un smartphone Android acompañado por el lema publicitario "Do More. Different" (Haz más. Diferente) y un reto: ser el único móvil con teclado físico QWERTY en la era de las pantallas infinitas.
En 2018, BlackBerry compra Cylance, una empresa de inteligencia artificial y ciberseguridad, por 1.400 millones de dólares, convirtiéndose este traspaso en uno de los más grandes de su historia.
En 2020 cierra una alianza con Damon, una startup que en el CES de aquel año deslumbró con una prometedora moto eléctrica Hypersport Pro, en cuyo interior integraba una suite tecnológica de seguridad activa desarrollada por BlackBerry como parte de su sistema operativo de tiempo real QNX. No era la primera vez: allá por 2018 ya sacaban pecho de haber integrado este tipo de soluciones en más de 120 millones de coches de marcas como Audi, BMW, Ford, Porsche o Volkswagen.
A finales de 2020, anunciaba un acuerdo de varios años con Amazon Web Services para desarrollar y comercializar BlackBerry IVY, una plataforma de datos de vehículos inteligente escalable y conectada a la nube. Como golpe de efecto, sus acciones se revalorizaron en bolsa y de qué manera: ese día fue el mejor para los accionistas de BlackBerry desde el 23 de diciembre de 2003, cuando sus títulos subieron un 51%.
BlackBerry es el Ave Fénix. De llegar a tener el 20% del mercado de los teléfonos móviles a apostar fuertemente por el Internet de las Cosas (IoT), con especial incidencia en los coches conectados.
¿Qué pasa con los smartphones?
El 31 de mayo de 2019 moría un servicio mítico de RIM-BlackBerry sin el cual probablemente su historia habría sido muy diferente: su servicio BlackBerry Messenger (BBM). Decía adiós una especie de WhatsApp o de Messenger de su tiempo. A principios de 2022, sería BlackBerry OS el que bajaba el telón: si todavía tenías una BlackBerry en tu poder, ya no podrías ni recibir llamadas, SMS ni algo tan básico como llamadas de emergencia. Una suerte de fósil tecnológico del que todavía es posible migrar datos.
Si hablamos de terminales, allá por 2020 TCL perdía los derechos para seguir vendiendo BlackBerries, el panorama es desolador: la marca BlackBerry se quedaba sin fabricante ni vendedor.
¿Adiós para siempre a fabricar teléfonos o habrá nuevas alianzas? Si algo hemos aprendido de BlackBerry es que es un poco como el Real Madrid en las Copas de Europa: mejor esperar a que termine el descuento para la última palabra. Dos empresas, OnwardMobility y de FIH Mobile Limited, estaban detrás de la pen última vuelta de BlackBerry al mercado smartphone, esta vez con soporte para redes 5G y su icónico teclado QWERTY. Eso sí, este regreso se esperaba para 2021, está terminando 2022 y los rumores dicen que el regreso se ha truncado. La marca no se ha pronunciado.
De lo que sí que hay constancia este año es de la venta por 600 millones de dólares de las patentes originales de BlackBerry relacionadas con telefonía y mensajería, que implican aspectos como la forma de sus teclados o el servicio de mensajería BBM. Esto implica que la empresa ya no podrá beneficiarse de aspectos y componentes clave en el pasado y presente de la telefonía.
Todo apunta a que el futuro de BlackBerry ya no está en los teléfonos.