Uno de los mayores errores que cometí cuando contraté mi servicio de Wi-Fi es no prestar demasiada atención a su instalación. Y lo estoy pagando: pese a tener un piso de poco más de 50 metros cuadrados, tengo problemas de cobertura en algunas habitaciones. Lo bueno es que he podido tomar medidas para solucionarlo sin si quiera entrar a la configuración del router ni gastarme ni un euro.
Sé que no estoy sola en lo actuar con "piloto automático" con la instalación del router. A mis padres les pasó lo mismo, solo que ellos no tienen mucha idea de cómo funciona el Wi-Fi y solo quieren conectarse sin problemas. En mi piso había varias instalaciones previas de otras telecos, pero la actual y vigente se realizó rápidamente en otro cajetín diferente y con otro cable, en este caso en mi oficina.
Primer consejo: presta atención en la instalación
El servicio técnico quiere acabar cuanto antes y sin problemas, por lo que lo normal es que realicen la instalación próxima al cable de entrada. Aquí merece la pena prestar atención y proponer el lugar óptimo, aunque corremos el riesgo de que nos digan que no o que aumente el precio si es necesario usar más cable o instalar rosetas.
Noticias buenas y otras no tan buenas. Que el router esté en mi oficina me permite conectarme con cable y allí, que es donde más trasteo, la conexión a internet es buena. Otra cosita son el baño y el salón. Mientras que en el primer caso no hay mucho problema más allá de que en esos ratos que pasas en el WC leyendo tus redes sociales (creo que no tengo que dar más detalles), las actualizaciones y cargas de publicaciones de Twitter y sobre todo, Instagram, vayan a pedales. Así que es relativamente frecuente que tenga que tirar de mi tarifa de datos. En el salón la situación es peor, habida cuenta que afecta a dos aparatos clave en mi uso de internet: mi smart TV y la consola. Que no se carguen los contenidos, que a veces se peguen las imágenes o que vayan a trompicones afecta y mucho a nuestra experiencia. Ni el salón y el baño están especialmente lejos del router, como podéis ver en el mapa que adjunto bajo estas líneas:
Mi tester particular para comprobar la cobertura del Wi-Fi pasa por abrir Instagram en mi teléfono y recorrer la casa mientras reviso historias y publicaciones.
¿Y ahora qué? Aunque siempre está la opción de pasar por caja y comprar un repetidor o PLC para mejorar la cobertura, lo suyo antes de abrir la cartera es tomar medidas que tienen que ver con el router y su configuración, pero hay otro más sencillo y básico que a veces obviamos: la ubicación del router. Vaya por delante que si la instalación está hecha, el radio de acción es limitado salvo que optemos por cables alargadores, pero en ese caso estaremos expuestos a añadir pérdidas a la señal de entrada.
Pequeños cambios en localización, gratas sorpresas en cobertura
De forma intuitiva podemos aproximar la mejor posición para el router en nuestra casa colocándolo en el centro de esta, y no es mala idea. Pero también hay que tener en cuenta otros aspectos como que las ondas salen en todas las direcciones y que en su camino la intensidad de la señal se debilita al atravesar objetos y materiales como el cemento de paredes y suelo, el metal, la roca y el agua. Piensa así en la estructura de tu edificio, en dónde están tus vecinos o simplemente en la nefasta idea de colocar el router al lado de la nevera o la lavadora.
De hecho, lo suyo para encontrar la mejor localización para el router sería mapear la arquitectura de la vivienda y cómo es la distribución de las señales inalámbricas en cada habitación. Para tal fin puedes recomiendo usar la aplicación WiFi Analyzer, disponible gratis para Android y Windows.
Pero agua pasada no mueve molinos. Vamos, que si como yo no quieres meterte en una reinstalación y el desembolso que supone, te quedan trucos como colocar las antenas del router en perpendicular si las tuviera, colocarlo al menos a la altura de los dispositivos que vayan a conectarse, alejarlo todo lo que puedas de objetos metálico y del agua y agua y evitar instalarlo en el interior del mueble. Y por supuesto, ajustarnos a la premisa inicial de intentar colocarlo más o menos en el centro de la vivienda.
En mi caso solo quedaba jugar con la posición del router en un radio de aproximadamente metro y medio, la longitud del cable de instalación. Pues bien, solo con eso ya he notado más cobertura siguiendo mi tester cualitativo. Pero es que tengo que reconocer una cosa: entre que mi piso es pequeño y que el router no es el dispositivo más bonito del mundo, lo "escondí" colocándolo en vertical, emparedado entre la impresora, el ordenador y la mesa de trabajo. Todo mal.
Posición del router antes y después
¿Qué he hecho exactamente? Retirarlo de ese emparedamiento y subirlo hasta mi escritorio, acercándolo hacia el pasillo y a la vez dejando cierta distancia a la pared de la estantería y otros dispositivos. Lo que más he notado es que ahora ya puedo ver Instagram cuando estoy en el baño tirando del Wi-Fi.
Así que antes de liarte la manta a la cabeza tocando los ajustes del móvil o valorar la inversión en otro dispositivo más, te recomiendo que pruebes a jugar un poco con su colocación porque se nota.
Portada | Imagen de Simon en Pixabay
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