¿Cuántos de nosotros tenemos una femtocelda en casa? Es más, ¿cuántos sabemos qué son, para qué sirven y cuánto cuestan? Seguramente muy pocos tengamos esos datos en mente debido a que las ventajas reales que estos dispositivos pueden ofrecer a los usuarios no han terminado de volverse realidad.
Para hacer un poco de memoria, recordaremos que las femtoceldas son pequeñas estaciones base que sirven para conectar terminales móviles convencionales a las redes de las operadoras utilizando conexiones residenciales de Banda Ancha como ADSL, Cable, o Fibra Óptica y manteniendo la tecnología de red móvil existente (por ejemplo 3G o LTE).
De este modo es posible descargar las redes móviles de las operadoras (offloading) y minimizar las tan temidas saturaciones. Según varias previsiones y estudios, 2011 sería el año del despegue de las femtoceldas y 2012 el de su consolidación en el mercado, lo cual no se ha cumplido en absoluto. Entonces, ¿qué ha pasado?
Femtoceldas: causas de un fracaso anunciado
Para empezar, hay que echarle la culpa a que, a pesar de ser soluciones muy interesantes sobre el papel, sobre todo para las operadoras ya que descargan sus redes, no lo son tanto para los usuarios comunes, ya que se ha pretendido hacer recaer el peso económico de su funcionamiento en el cliente final. En España, tanto Movistar como Vodafone han ofertado este tipo de soluciones por un precio mensual de entre 9 y 15 euros.
¿Respuesta del usuario medio ante las tarifas? Pues que si no tienen cobertura en casa prefieren cambiarse de operadora o usar otras tecnologías para conectar sus móviles a Internet, antes que pagar una cuota por “hacerles un favor a las operadoras”. ¿Parece lógico verdad?
Precisamente éste último es el segundo y más importante motivo para el fracaso de las femtoceldas. Cuando hace 4 o 5 años se empezó a hablar del uso de las femtoceldas, pocos eran los usuarios que tenían móviles o tablets con WiFi, así como routers o instalaciones domésticas compatibles.
Ésto como os podéis imaginar ha cambiado totalmente. Ahora prácticamente todo smartphone que se precie de serlo tiene WiFi, las operadoras reparten routers (de una calidad discutible) WiFi como churros y poco a poco todos los dispositivos electrónicos de los hogares (dentro de poco también los electrodomésticos) van añadiendo este tipo de conectividad a su lista de prestaciones.
Pero no sólo WiFi se ha extendido por los hogares de los usuarios. En los últimos meses también hemos visto cómo ha sido la tecnología elegida por ayuntamientos y ciudades como Nueva York para rescatar sus hipercongestionadas redes móviles.
Femtoceldas: ¿tienen futuro?
Entonces, ¿qué futuro les espera a las femtoceldas?, ¿están condenadas a desaparecer?
Personalmente creo que su uso no tiene mucho sentido tal y como se han planteado hasta ahora. Si fuera un servicio gratuito de las operadoras para mejorar nuestra cobertura móvil, quizá más clientes se animarían a tener una en casa o en su pequeño negocio. Pero tener que pagar una cuota, además de la factura del ADSL, me parece que no es algo que mucha gente esté dispuesta a aceptar.
No obstante, estudios como el de la consultora Infonetics señalan que las femtoceldas no están, todavía, condenadas a desaparecer por completo. Según ellos se producirá una diferenciación en segmentos: consumidores, empresas y espacios públicos rurales y urbanos.
Las operadoras seguirán ofreciendo femtoceldas a las pequeñas, medianas y grandes empresas para mejorar la cobertura dentro de los edificios. En las ciudades se continuarán desplegando femtoceldas en espacios públicos para mejorar la cobertura, pasando del 28% en 2011 a un 44% en 2012, aunque WiFi probablemente tenderá a imponerse definitivamente.
También se seguirán proponiendo instalar femtoceldas en centros comerciales, aerpuertos y edificios públicos, aunque la consultora confirma que cada vez menos debido a la creciente importancia de WiFi.
Finalmente, la única esperanza real que les queda serían las zonas rurales con muy mala cobertura móvil. En este sentido, por ejemplo, operadoras como Vodafone han lanzado programas pilotos en el Reino Unido para instalar femtoceldas en los postes telefónicos de BT y en las cabinas para mejorar la cobertura en algunas zonas rurales.
¿Cuál será el futuro real de las femtoceldas?, ¿se instalarán definitivamente en nuestras vidas?, ¿desaparecerán por completo? Lo iremos viendo a lo largo de los próximos meses.
Más información | CMT
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Foto | Ubiquisys.com