La conectividad WiFi se ha convertido en el centro de nuestros hogares, tanto a nivel de dispositivos inteligentes de seguridad y control como del propio ocio. Con televisores, portátiles, móviles, cámaras y todo tipo de dispositivos conectados a dicha red, contar con una cobertura plena es algo fundamental y últimamente hay una tecnología que surge con fuerza para lograrlo. Hablamos da fibra óptica plástica, también conocida como POF (Plastic optic fiber).
Esta fibra óptica plástica viene a servir al mismo propósito que los repetidores WiFi que ayudan a estirar la cobertura de los puntos ya existentes, o que la tecnología PLC que conduce la conexión hacia nuestro sistema eléctrico. Pero de lo que hablamos aquí es de fibra, así que obtenemos transmisión sin pérdidas y cuya fisionomía (un cable realmente delgado) facilita enormemente su despliegue.
Fibra óptica más delgada, flexible y barata
Cablear nuestra casa es algo que ya ha dejado de ser cosa de "frikis", pues incluso los edificios de nueva construcción desde hace años cuentan ya con diferentes tomas para Internet en distintas habitaciones. No dejan de ser una alternativa "de serie" a soluciones como el ya mencionado PLC, que emplea el circuito eléctrico de la casa para enviar datos, o como la fibra óptica plástica que ahora os comentamos.
Esta fibra óptica plástica no es tampoco algo nuevo. Hablamos de una tecnología que lleva más de diez años empleándose en industrias como la de la aviación o la de la automoción. La tecnología se aprovecha de estar basada en cables flexibles con un diámetro tan reducido (2,2 milímetros) que es fácil para esconderla con facilidad a lo largo de todo nuestro despliegue. Incluso podemos cablear el interior de las paredes utilizando los propios tubos de conducción que el resto de cables, ya que al ser plástica es inmune al ruido generado por los componentes eléctricos.
Si recordáis los cables coaxiales, éstos cuentan con una malla metálica exterior, bajo la goma última de protección, que los aísla de posibles interferencias. Esto no existe con la fibra óptica plástica, que se puede desplegar sin más y que sólo requerirá de nosotros que instalemos los inicios y terminaciones de cables para poder ir conectándolos. Es, de hecho, como una fibra óptica clásica con la ventaja de que es más barata que la fibra óptica de vidrio.
No todo va a ser bueno, naturalmente. La fibra óptica de vidrio o de cristal es más resistente a altas temperaturas y a entornos húmedos. Pero por lo demás, son tecnologías prácticamente parejas que se suelen diferenciar en el precio, siempre a favor de la plástica. Para poder instalarla necesitaremos instalar un "convertidor de medios" que recibirá los cables POF y contará con salidas Ethernet para poder conectar a puntos WiFi que vayan dando cobertura inalámbrica allá donde queramos o necesitemos. Y listo. Tan fácil como suena, y tan eficiente, pudiendo ofrecer velocidades full duplex de hasta 1Gbit por segundo.