¿Cuántos años llevan los políticos europeos mareando la perdiz del roaming dentro de las fronteras del viejo continente? El fin del sobrecoste del uso del móvil cuando viajamos ha tenido muchas fechas fijadas y ayer el Europarlamento aprobó la que parecía la fecha definitiva: el 15 de julio de 2017. Pero puede que el fin del roaming no sea del todo cierto, por todas las puertas abiertas que deja la norma aprobada.
El texto aprobado, cuya primera versión data de 2013 y que ha recibido numerosas enmiendas en distintas fases, incluye tres vías por las que los operadores podrán evitar ese fin del roaming con distintas excusas. Una política de uso razonable por definir, la puesta en peligro de los servicios domésticos o tarifas alternativas serán los recursos a los que podrán recurrir las compañías para esquivar el verdadero fin del roaming.
Política de uso razonable, poniendo límites
Empecemos por la vía de escape que ya conocíamos y que en parte podría tener algo de sentido. Los operadores podrán fijar una política de uso razonable para establecer límites al roaming gratuito, de manera que se cortará por lo sano la idea que tenían muchos en la mente, contratar los servicios de un operador de un país distinto al suyo, para beneficiarse de precios más bajos.
Se supone que la Comisión Europea concretará más adelante cuáles son esos límites, aunque la apuesta más segura es que se pondrá cerco en forma de número de días de roaming gratis al año e incluso imponiendo un límite de minutos/mensajes/megas. Cualquiera que sea la decisión, el roaming no estará acabado definitivamente. La medida protegerá a los operadores principalmente, que no verán amenazado su negocio por competidores de otro país.
Decíamos que en parte tiene sentido la imposición de una política de uso razonable, al menos mientras que no haya una política comunitaria en relación a las subastas de espectro y otras normas. Los operadores de distintos países tienen distintas normas, por lo que no pueden competir en igualdad y enfrentarlos entre sí podría poner en peligro a más de un operador.
"Recuperar los costes"
La nota de prensa del Europarlamento lo deja muy claro:
Si los operadores pueden demostrar que no son capaces de recuperar los costes y que esto afecta a sus precios en el mercado nacional, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en el caso español, podrá autorizar la imposición de cargos mínimos en circunstancias excepcionales. Los eurodiputados incluyeron garantías de que los reguladores nacionales tendrán la potestad de modificar o rechazar esos sobrecargos.
Por tanto, si un operador le demuestra al regulador que por no cobrar sobrecoste por roaming a sus clientes está perdiendo dinero (si no usa su misma red tiene que pagar por la itinerancia) y si ello supone que se pongan en riesgo los precios domésticos, la CNMC podrá autorizar a esa compañía a volver a aplicar costes para el roaming.
Con esta vía de escape quizás los tres grandes operadores (Movistar, Vodafone y Orange) no tendrán una excusa, ya que tienen redes propias en varios países europeos, pero Yoigo o los virtuales podrían recurrir fácilmente a esta excusa, ya que todo el tráfico que generen sus clientes en otros países tendrá un coste para la compañía. Peligro.
Y para rematar, tarifas alternativas
El próximo 30 de abril los operadores solo podrán cobrar un sobrecargo de cinco céntimos por minuto de llamada saliente, dos céntimos por mensaje y cinco céntimos por mega sobre la tarifa doméstica, sobrecargo que tendrá que desaparecer para el 15 de julio de 2017. Pero por si las dos vías anteriores no dan suficientes opciones para escaparse del fin del roaming, los operadores todavía tendrán la opción de ofrecer sus propias alternativas.
La tarifa por defecto siempre tendrá que ser la Roam like at home (sin cargos extra) pero los operadores se podrán sacar de la manga otras tarifas alternativas que sustituyan a la tarifa por defecto. Lo lógico aquí sería que pudiésemos ver paquetes de minutos y/o megas, que supuestamente ofrezcan un ahorro, aunque ya vimos el mal uso que muchos hacen de este tipo de ofertas.
Concluyendo. A falta de que la norma se acabe de desarrollar por el lado de las políticas de uso razonable, el Europarlamento o sus políticos han conseguido el titular que querían, "el fin del roaming en Europa llegará en 2017" pero la realidad está muy lejos. El texto aprobado permite ese titular, pero no acabará de disgustar a los operadores, que tendrán vías para evitar del todo el fin de un negocio que hasta ahora les ha sido muy rentable.
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