El mundo de la tecnología se mueve a ritmos tan frenéticos que las semanas parecen meses, y los meses, años. Pero no debemos perder de vista que Samsung tuvo una inmensa crisis en relación a los problemas con el Samsung Galaxy Note 7, de la que aún se están recuperando, y que dicha crisis no dista de hoy en más de cuatro meses.
La problemática fue más grave aún al tratarse de un dispositivo superventas, como cada generación del Galaxy Note que ha ido llegando al mercado, y a que los defectos en su batería (o quizá en su diseño, pues no hay aún dictamen oficial) provocaron accidentes reales. Eso llevó, por ejemplo, a prohibir el acceso con ellos a aviones, algo que empieza a retirarse toda vez que Samsung anuncia que la situación está casi bajo control.
Ya casi no quedan Note 7 en circulación
En una nota publicada por la propia Samsung, nota que anuncia que el departamento de transportes de Estados Unidos retira los avisos acerca del Note 7 en sus aerolíneas, se asegura que ya no hay prácticamente unidades lejos del fabricante. La cifra es bastante impresionante, si tenemos en cuenta los distintos problemas que se han ido sucediendo en las recogidas de los terminales, en la que el Gobierno de Estados Unidos tuvo que intervenir.
Samsung asegura que más del 96% de los Galaxy Note 7 comercializados en su momento, incluidos los servidos tras el primer recall, ya están en su poder. Queda, por tanto, menos de un 4% de ellos en manos de sus dueños. Desconocemos si se han quedado con ellos voluntariamente, si no disponen de forma de devolverlos debido a que se han comprado de importación o de segunda mano, o si directamente han sido arrojados a la basura ante el riesgo de combustión.
Samsung confirma también que han tomado medidas, como actualizaciones o la retirada de permisos en algunas operadoras, para que este resto de Galaxy Note 7 que no ha sido recuperado deje de funcionar. Aunque la probabilidad de que la totalidad de los Galaxy Note 7 vuelva a manos de Samsung es bastante escasa.
Ahora tocará que Samsung vuelva a levantarse de un batacazo que provocó su caída en bolsa y que engulló, literalmente, los beneficios del último trimestre fiscal que publicó el gigante coreano. Veremos si las ventas navideñas del Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge han puesto de su parte, aunque la mayor esperanza de Samsung reside en su Galaxy S8, del que esperan comercializar 60 millones de unidades antes de que acabe el año.
Vía | Samsung
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