Dicho en pocas palabras, la dirección IP) (“Internet Protocol", o lo que es lo mismo, "Protocolo de Internet”) es el número que se asigna a cada dispositivo que se conecta la red. Todas las páginas web que visites, cualquier ordenador desde el que accedas a la red e incluso los routers a los que estés conectado tienen una de estas direcciones.
Hay dos tipos de direcciones IP, las IP Públicas y las IP Privadas, cada una de ellas con una finalidad diferente. La IP Pública es la dirección que te asigna tu proveedor de Internet, mientras que la IP Privada es la que se utiliza en redes privadas como la que creas en casa o en la oficina a través de tu WiFi. A continuación , te explicamos cómo puedes conocer y cambiar la primera de ellas.
Cómo conocer tu IP Pública
Como hemos dicho, la IP Pública es la dirección que te asigna tu ISP o proveedor de Internet (Telefónica, Vodafone, Orange, etc.) para identificarte cuando te conectas. Nadie puede navegar por la red sin una IP y ninguna página web puede estar online si no tiene una IP asociada.
Esa dirección IP puede ser fija, pero lo más habitual es que estas IPs sean dinámicas o variables, es decir, vayan cambiando en cada conexión. Para conocer el identificador con el que te estás conectando en cada sesión, basta con acudir a una página especializada en mostrártela.
Es un método rápido y sencillo que no depende de tu sistema operativo, de manera que sólo tienes que entrar a páginas como Ver mi IP o CualEsMiIP.com y podrás ver de forma automática cuál es la IP Pública que tienes asignada en ese momento, además de comprobar si navegas a través de un proxy que oculte tu IP real.
Cómo cambiar tu IP Pública
Cambiar tu IP pública dinámica es más fácil de lo que parece. Además, en caso de que te falle un método, existen varias alternativas; empecemos por la más sencilla:
Cierra todas las ventanas de tu navegador (y todos los navegadores que uses).
Apaga el router y vuélvelo a encender al cabo de unos minutos; si el router es interno en algún ordenador, reinícialo.
Cuando te vuelvas a conectar a Internet, comprueba si tu IP pública ha cambiado.
En el caso de que el reinicio no funcione, tengas una IP fija o navegues en una CGNAT, puedes recurrir a una VPN, configurándola en tu PC o en tu móvil (hay navegadores como Opera que también la integran). Con ello, no cambiarás tu IP pública, pero estarás usando un servidor externo para enmascararla, por lo que, a ojos de otras páginas y servicios, será como si tuvieses una IP diferente.
Otro método es configurar un proxy, que actuará de intermediario entre las conexiones de un cliente y un servidor de destino. De esa forma, tu IP pública seguirá siendo la misma, pero las páginas y servicios que visites verán la IP del proxy a través del que te estás conectando a ellas.
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