Las redes 4G por fin han llegado a nuestro país, y Vodafone ha sido la primera en ofrecer este tipo de cobertura con una oferta inicial de la que ya hablamos y que podrá disfrutarse en 7 ciudades de nuestro país.
Durante los últimos días hemos podido probar el acceso a dicha red 4G de Vodafone, y eso nos ha permitido evaluar el rendimiento y comportamiento de una tecnología que, eso sí, aún tiene un largo camino por delante en lo que se refiere a cobertura. Este artículo se complementa con las impresiones tras esta semana de uso de Vodafone 4G que hemos publicado en Xataka.
Un ADSL en tu bolsillo
Las pruebas, realizadas en distintas zonas de Madrid, han permitido sacar una primera conclusión importante: la cobertura es aún muy irregular. Incluso en zonas en las que se supone que esa cobertura 4G es alta, la calidad de la conexión varía con gran facilidad.
La utilización de las bandas de frecuencia actuales es sin duda uno de los factores que limitan esa calidad y prestaciones de esas conexiones 4G. La liberación de la banda de los 800 MHz facilitará de forma notable el acceso a esta tecnología y a unas prestaciones mejores y, sobre todo, más sostenidas.
Contar con un dispositivo con soporte 4G (o LTE, denominación que utilizan mucho más a menudo los fabricantes de smartphones) representa un salto cualitativo dramático en las conexiones de datos.
No diré que el salto es tan dramático como el que vimos al adoptar las primeras conexiones ADSL, pero desde luego el cambio es impresionante, con velocidades de conexión que plantean muchas nuevas reflexiones en el mundo de la movilidad y la telefonía fija.
Las cifras, impactantes
En nuestras pruebas realizamos un recorrido por algunos barrios de Madrid para evaluar las velocidades de descarga y carga disponibles en distintas zonas. Dichas pruebas se realizaron con un LG Optimus G al que, eso sí, había que instalar una actualización para activar el soporte completo de las redes 4G.
Los resultados fueron demasiado variables para nuestro gusto, pero lo cierto es que en áreas donde se conseguían los máximos que vimos en nuestras pruebas la tecnología 4G/LTE demostró ser capaz de ofrecer tasas de transferencia absolutamente asombrosas en un dispositivo móvil.
Así, el máximo que logramos en nuestras pruebas en el canal de descarga --aunque aquí los datos "bailaron" mucho más-- fue de 48 Mbps, mientras que en el canal de subida la cifra rondó los 18 Mbps, con una variación claramente menor que en el canal de bajada.
Esos resultados fueron especialmente poco sostenibles en distintas zonas de Madrid, y por ejemplo en zonas "teóricamente fuertes" en Cobertura como la zona de la Castellana o Plaza de España esas velocidades bajaban a los 13 o 14 Mbps, aunque curiosamente las velocidades de subida se mantenían siempre en rangos que iban de los 14 a los 18 Mbps citados.
Y sin embargo, la conclusión que obtuvimos tras esos recorridos era que dicha cobertura aún tiene mucho camino por recorrer. Las grandes diferencias en apenas unas decenas de metros son especialmente sorprendentes, y suponemos que solo será cuestión de tiempo que las tasas sostenidas y una cobertura mucho más uniforme se asiente en esa cobertura 4G.
Navegación, pings, subidas de datos... y batería
Uno esperaría que dichas velocidades se notasen en diversos apartados, pero uno de ellos, desde luego, fue menos sorprendente de lo que esperábamos. La navegación web en redes 4G es en esencia idéntica a la que podemos tener en un dispositivo con conexión 3G, con tiempos de renderizado y carga de página muy similares a los que obteníamos sin esa nueva cobertura.
De hecho, solo apreciaremos esas mejoras en el caso de que el sitio web a cargar tenga una enorme cantidad de recursos fotográficos. Sitios web como el de Flickr o 500px, por ejemplo, sí se beneficiaron de esa velocidad, pero en otros sitios web la conectividad 4G no afectaba demasiado, y no lo hacía por la sencilla razón de que cada página consta no de un gran fichero único, sino de decenas de pequeños recursos (peticiones HTTP) que no sacan demasiado partido a esas tasas de transferencia.
Los pings a los servidores de prueba, eso sí, sí mostraron claras ventajas con respecto a los conseguidos en pruebas en modo 3G, con tiempos que rondaron los 40-50 ms en la mayoría de las zonas en las que analizamos la cobertura 4G, y que contrastan con los 100-150 ms de las conexiones 3G. Esos tiempos de respuesta ahorran a la larga muchos pequeños parones en todo tipo de escenarios (incluso en juego online con el móvil) y son otra señal significativa del rendimiento de la red 4G de Vodafone.
Por supuesto, la subida de datos fue otra de las grandes beneficiadas de este tipo de tecnología. Subir vídeos a YouTube desde el móvil o ficheros a Dropbox era cuestión de segundos, con ese "cañón" de subida que hace que dichos procesos se aceleren muchos órdenes de magnitud con respecto a las conexiones 3G.
De hecho, es complicado conseguir velocidades cercanas a 1 Mbps en conexiones 3G, por lo que esas velocidades 4G de subida pueden ser como mínimo 10 veces superiores --a menudo, bastante más-- a las logradas hasta ahora. En un ejemplo concreto, un fichero de 50 MB se subió a Dropbox en apenas 30 segundos, algo impensable (y a menudo implanteable) en una conexión 3G.
Por supuesto, ese tráfico de datos tiene cierto impacto en la batería del teléfono e incluso en su temperatura. Al usar de forma continuada la conexión 4G comprobamos como la parte posterior del Optimus G se calentaba de forma notable.
En cuanto a la autonomía de la batería, el citado impacto de la conexión 4G, aunque sensible, no es preocupante. El tráfico de datos hace que todo en el smartphone trabaje a toda potencia --por ejemplo, al ver vídeos en alta definición en YouTube, un vicio peligroso con esta conexión-- pero estimamos que esa autonomía no se reduce en más de un 10 o un 15% respecto a las cifras normales, una cifra muy asumible teniendo en cuenta las ventajas.
Conclusiones: Vodafone 4G es un cañón
Las pruebas realizadas, aun con esa gran variabilidad de resultados entre unas zonas y otras, ha demostrado que este tipo de conectividad es un paso dramático en las redes de datos móviles. Las tasas de transferencia y los tiempos de respuesta dejan claro que ya no hay diferenciación entre una Internet móvil y una Internet fija, al menos en el apartado rendimiento.
Por supuesto, queda resolver el gran problema de estas redes: la cobertura y la calidad de la señal, que por el momento es demasiado irregular. La adaptación de las antenas de telefonía y de la infraestructura de Vodafone tanto en las ciudades actuales como en el resto de la implantación prometen un panorama en el que el acceso móvil a Internet con todas sus posibilidades parece realmente explosivo.
El teléfono LG Optimus G y la SIM 4G han sido cedidos para la prueba por parte de Vodafone. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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