Vodafone Smart V8 y Vodafone Smart N8: poniendo a prueba la marca blanca del operador

Los teléfonos de marca blanca de los operadores no se llevarán muchos focos, pero lo cierto es que la fuerza de este tipo de compañía hace que se vendan por miles. Ése es el caso de la familia Smart de Vodafone, que en 2017 ha recibido nuevos miembros en forma de Smart V8, Smart N8 y Smart E8, fabricados por ZTE y Alcatel.

Y en nuestros manos han caído los dos primeros. Las diferencias entre ambos smartphones son importantes, con el V8 acercándose a la gama media gracias a los 3 GB de memoria RAM y una cámara de 16 megapíxeles con grabación de vídeo en 4K a 30 fps, mientras que el Smart N8 es más modesto, con un procesador de cuatro núcleos y 1.5 GB de memoria RAM. Pero más allá de la hoja técnica de cada uno, vamos a contaros nuestras impresiones con ambos.

Vodafone Smart V8 y Smart N8, ficha técnica

Exprimiendo la red 4G de Vodafone al máximo

Son muchas las razones que motivaban a Vodafone a renovar su gama Smart. Los Vodafone Smart son esos smartphones a los que el operador recurre cuando un usuario con exigencias no punteras quiere un nuevo dispositivo sin dejarse el sueldo en ello, pero no por ello les pueden ofrecer cualquier cosa. En los Smart V8 y N8 encontramos lectores de huellas y Android Nougat, algo que no encontrábamos en anteriores Smart de estos precios.

Además de esas dos mejoras importantes, los Smart V8 y N8 también han sido creados, con la colaboración de ZTE y Alcatel respectivamente, para presumir de red 4G, la mejor de España según el último estudio de P3 Connect. El Smart V8 es capaz de alcanzar, sobre el papel, los 300 Mbps de bajada, mientras que el Smart N8 llegaría hasta los 150 Mbps. Con esa promesa buscamos probar ambos terminales en zonas de cobertura 4G+ de Vodafone, disponible en cerca de 1.000 municipios españoles.

Los resultados obviamente no llegan al máximo teórico, ya que siempre dependeremos del número de móviles conectados a una misma antena y otros factores externos al propio dispositivo, pero los resultados no dejan de ser impresionantes: el Smart V8 rozó los 160 Mbps de bajada, mientras que el Smart N8 superó los 70 Mbps, velocidad que muchos querrían tener en su conexión fija.

Claras diferencias en rendimiento y cámaras

Más allá de las novedades de la gama Smart y de su rendimiento con la red 4G de Vodafone, nos fijaremos ahora en los puntos que más interesarán a la mayoría de usuarios: el rendimiento y las cámaras. La potencia o rendimiento es probablemente la mayor diferencia entre los dos Smart que hemos probado, algo esperable si comparamos los procesadores (Snapdragon 435 frente a Mediatek MT637) y las memorias RAM (1,5 frente a 3 GB) que tienen en su interior.

¿En qué se traduce esas diferencias en las "tripas"? Básicamente, mientras el Smart N8 es un móvil sencillo, útil para WhatsApp y redes sociales pero que se queda corto en cuanto subimos el nivel de exigencia (cambio constante entre aplicaciones, juegos con gráficos de nivel), el Smart V8 es un móvil suficientemente potente para la gran mayoría de usuarios, fluido, que no sufre de tiempos de esperas excesivos y que puede servirnos para jugar sin problemas.

Para los que quieran más detalles sobre esas diferencias en rendimiento, a ambos les hemos sometido al examen de AnTuTu y Geekbench 4. Las diferencias entre ambos son importantes, pero vamos a compararlos también con otros smartphones de configuración similar. La distancia del Smart N8 con otros smartphones con el mismo procesador y medio giga de RAM más es escasa, mientras que el Smart V8 no tiene nada que envidiar al BQ Aquaris U Plus.

Resultados en AnTuTu y Geekbench 4 del Vodafone Smart N8 (izquierda) y Vodafone Smart V8 (derecha)

¿Y las cámaras? Sobre el papel ninguno de nuestros protagonistas debería sufrir en buenas condiciones, contando con sensores de 13 y 16 megapíxeles con una apertura f/2.0. Así ha sido en nuestras pruebas, obteniendo unos resultados buenos en condiciones de luz natural en exteriores, aunque sí apreciamos cierta diferencia en los colores obtenidos, siendo más fieles a la realidad y con contornos mejor definidos con el Smart V8.

Fotos de exterior. A la izquierda las obtenidas con el Vodafone Smart N8, a la derecha las obtenidas con el Vodafone Smart V8

En situaciones más complicadas, de contraluz o en las que queremos enfocar a pequeños objetos a cortas distancias, es donde apreciamos más las diferencias entre el Smart N8 y el Smart V8. Las fotos con el segundo tienen mejor luz (aunque puede llegar a quemar zonas) y captan con mejor resultado la escena. A pesar de ello, lo cierto es que los Vodafone Smart nos han hecho olvidarnos de aquellos teléfonos de marca blanca cuyas cámaras dejaban bastante que desear.

Enfocando detalles manualmente con el Vodafone Smart N8 (izquierda) y Vodafone Smart V8 (derecha)

Vodafone Smart N8 y Smart V8, impresiones

Cuando hablamos de un smartphone de marca blanca de un operador no podemos olvidarnos de su cometido: ser opciones con una buena calidad-precio útiles para fidelizar o captar clientes a un precio bajo. El catálogo de Vodafone no es precisamente pequeño, acoge decenas de terminales de una buena variedad de marcas, y aunque sus Smart puedan pasar desapercibidos también pueden ser opciones a considerar.

El Vodafone Smart N8 tiene un precio muy ajustado, 113 euros al contado, y en él nos hemos encontrado un smartphone útil para ese perfil de usuario que busca un teléfono para consultar su correo, navegar por internet o consultar redes sociales, aunque su cámara está por encima del nivel de las ofrecidas en terminales de precio similar. Quizás le habría venido bien un punto más de potencia, pero a su precio poco más se puede pedir.

El Vodafone Smart V8 da un paso adelante, con un precio más elevado (197 euros al contado) pero que está justificado si asistimos a su rendimiento, alto gracias a un procesador a la altura y sus 3 GB de RAM, y a una cámara que no llegan a la categoría de las mejores pero que ofrece buenos resultados. En su gama de precios hay muchos terminales interesantes, pero el Smart V8 no tiene nada que envidiar a sus rivales más directos.