Con la globalización e internet cada vez es más sencillo comprar productos de cualquier tipo y provenientes de cualquier parte del mundo. Sin embargo, no todas las marcas respetan las buenas prácticas en todo el proceso de fabricación y desde hace años se destapan puntualmente casos de fábricas con condiciones de trabajo muy deficientes, y es en este aspecto en el que se basa Good On You.
Por aquí quizás nos vengan a la cabeza casos como el de Foxconn hace unos años, pero los de la moda han trascendido numerosas veces a los medios en numerosas ocasiones. Y más allá de los casos de condiciones infrahumanas en las fábricas, la industria de la moda tiene un impacto considerable en el medio ambiente. Y es todo ello lo que motivó a Gordon Renouf a fundar la app junto a su equipo.
Cuestión de prioridades
Lo que permite Good On You es que los compradores puedan filtrar marcas según la importancia que den a tres aspectos de este consumo responsable, los cuales hemos mencionado siendo la preocupación por el medioambiente (y en concreto por los animales) y por el cumplimiento de los derechos laborales. Estos criterios se disponen con un deslizable para que determinemos qué grado de importancia le damos desde “Sin importancia” hasta “Muy importante”.
Al buscar una marca la app muestra un perfil de la misma en el que se indica con un sistema de puntuación de cinco rangos en qué nivel esta marca respeta estos aspectos en todo su proceso. También indicará las tiendas más cercanas para el usuario y según las preferencias de éste se mostrarán las marcas más acordes.
¿En qué se basan para dar esta calificación entre “A evitar” (We avoid) y “Excelente”(Great)? Según apunta el equipo de la app, han estado examinando más de 3.000 prendas (incluyendo calzado y accesorios) de las marcas incluidas en el top 100 de los centros comerciales de Australia, lugar de origen del equipo. Una base de datos de alrededor de 1.000 marcas con planes de expandirla.
Los aspectos que examinan de cada categoría están especificados en detalle en su página web, e incluyen en cada caso las incidencias desde el inicio de la cadena de trabajo. Aspectos como trabajos forzados, explotación infantil, que los salarios y la seguridad sean las convenientes o los relativos al medio ambiente como los materiales, la gestión del agua, los materiales o lo relativo a la obtención de cueros y pieles.
Para ello han recurrido a la información pública de cada una con respecto a certificaciones y acreditaciones, como la que otorga Global Organic Textile Standard (la Fair Trade certification), datos de ONGs relacionadas (como PETA o Ethical Trading Initiative entre muchas otras) o si han firmado acuerdos en pro de salvaguardar las buenas condiciones laborales como el de Bangladesh, país que saltó a los titulares en 2013 tras el derrumbe de una fábrica en la capital que dejó más de 1.100 muertos.
Un pequeño estímulo para un gran objetivo
Por el momento se trata de un proyecto modesto y de hecho su app aún no está disponible de manera global, pero este equipo busca ampliar el proyecto a más gamas de productos (como los de belleza y cuidado personal), así como de electrónica. También figura entre sus planes hacer más detallado el sistema de puntuación para que el usuario tenga algo más de información sobre el comportamiento de la marca.
Además del objetivo principal de facilitar la compra al usuario que mire más allá de la etiqueta, con este proyecto se busca una mayor preocupación por el cumplimiento real de unas condiciones que como hemos visto no siempre existen aunque sean obligatorias. Si bien por humanidad deberían de cumplirse, de este modo se busca la reacción que no ocurre de motu propio, algo que ya hemos visto en el florecimiento de los productos ecológicos dada la (rentable) preocupación del consumidor. Veremos si se logra una mayor preocupación de las marcas porque haya buenas condiciones desde la materia prima hasta el armario.
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