Se anunció el evento y se presentaron nuevos terminales. La llegada de los nuevos iPad es una realidad y además hemos tenido cambios en todas las categorías. En los iPad Pro, los más potentes de la casa, y también en los iPad normales. Los que no tienen apellido. Esos que ya simplemente se llaman iPad. Ni Air, ni Mini, ni nada. El iPad de 2022 ya está entre nosotros, y decepciona en varios puntos.
No se puede dudar de que Apple es el auténtico Rey (escrito con mayúsculas de forma voluntaria) del sector de las tablets, pero hasta los líderes tienen traspiés. Los que mandan también se equivocan, y el nuevo iPad de 2022 ha patinado en varios puntos. ¿Sigue siendo la tablet a recomendar? Seguramente sí, por durabilidad y otros muchos factores. Pero la renovación la ha hecho peor de lo que era. Intento explicarme.
El USB C y el Pencil
Mientras andaba hoy de madrugada, escuchaba el 'Loop Infinito' de nuestros compañeros de Applesfera narrado por Javier Lacort acerca del lanzamiento de los nuevos iPad. Y cuando me vine a dar cuenta iba por la calle asintiendo a cada una de las críticas que lanzaba al nuevo dispositivo creado por Apple. No se puede decir que Javier sea un hater de Apple, precisamente, y por eso cada crítica me pareció bastante acertada. Coincidí con él en todo, y aquí está todo lo que está mal en el nuevo iPad de 2022.
Podemos empezar hablando del Apple Pencil. El de primera generación, el que es compatible con este iPad de 2022. Estas compatibilidades siempre se agradecen, sobre todo por aquellos que utilicen el iPad como dispositivo para ilustrar o diseñar. Pero hemos tenido aquí una suerte de cortocircuitos a la hora de tomar ciertas decisiones, y una de ellas tiene que ver con el puerto USB C que llega al iPad. Bien por la llegada, muy bien. Mal por la posición en la que deja al Pencil.
El nuevo iPad de 2022 no es compatible con el Pencil de segunda generación. El magnético, el que se 'cose' al lateral del iPad para cargar. Tenemos que cargarlo por cable y su cable (aquí tenemos el problema) ha de ser uno con puerto Lightning. El iPad ahora es USB C. ¿Vemos dónde está el problema? Efectivamente. Necesitaremos un adaptador sí o sí. Repito. Sí o sí. Todo se habría solucionado haciendo el nuevo iPad compatible con el nuevo Pencil pero no. Apple ha decidido que no y el proceso de manejo del Pencil ahora se hace mucho más engorroso cuando debería ser casi invisible. Mal.
El subidón inimaginable del iPad
Otro gran problema que llega con el nuevo iPad es su precio. Hablamos de una subida, ojo, de 200 euros con respecto al modelo anterior. Un modelo, el de 2021, que por cierto también ha subido aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Apple ya subió el precio de los iPhone 14 con su llegada. En aquella ocasión el precio subió en torno a un 15%. La inflación, los materiales, el cambio con el dolar, el transporte. Entendible. Compartible o no, pero entendible. El nuevo iPad ha subido más de un 50% de precio. Un 52%, para ser más exactos.
A cambio de ese 52% de subida tenemos una cámara trasera ligeramente mejor, un procesador una generación más nuevo (cambiamos el A13 Bionic por el A14 Bionic) pero que sigue yendo dos años por detrás del iPhone, y una pantalla algo más grande (10,9 pulgadas en lugar de 10,2 pulgadas gracias a la reducción de marcos, principalmente). Sí, ganamos el USB C. Ya era hora. Pero son mejoras que difícilmente justifican una subida de semejante calibre.
Todo esto no quiere decir que el iPad haya dejado de ser la tablet a recomendar en un mercado plagado de alternativas. Servidor, que usa Android en su teléfono móvil sí o sí, es propietario de un iPad que no cambia por nada del mundo. Pero ahora llegar a comprarse el iPad es mucho más complicado. Hasta el punto que es más recomendable hacerse con el iPad de 2021, el de 9ª generación, que el nuevo. Aunque perdamos el USB C. Aunque la pantalla sea menor. Aunque vaya a tener un año menos "de vida".
Para hacernos una idea, el iPad que acaba de llegar con 64GB, el de 10ª generación, nos costará 579 euros. Con WiFi, nada de 5G. El más básico. El iPad de 9ª generación, el previo, cuesta 429 euros. 170 euros menos. Son muchos euros a cambio de lo que "perdemos" o dejamos de ganar. Tanto es así que el iPad del año pasado con 256GB sigue siendo incluso más barato que el iPad actual de 64GB. Algo ha pasado este año en la división de Apple que maneja los iPad, y no ha sido algo bueno.
Cada usuario decidirá luego qué hacer o no en función de mil factores diferentes. Económicos, de ecosistema, de durabilidad o de puro capricho. Pero igual que el iPhone 14 se ha quedado este año en una extraña tierra de nadie que prácticamente empuja a comprar un modelo del año anterior, con el iPad de 2022 ha pasado exactamente igual. Confiemos en que sea sólo un desajuste que dure una única generación, porque la competencia no deja de mejorar año tras año.
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