El 5G es algo de lo que todavía debemos hablar en futuro. No existen smartphones comerciales que soporten esta red, sus aplicaciones quedan restringidas a casos muy puntuales y experimentales de carácter empresarial y no será hasta bien entrado el año que viene cuando podamos "empezar a tocar el 5G con nuestras manos". China, por su parte, ya está hablando del 6G y pretende tenerlo preparado para finales de la próxima década.
Ha sido Su Xin, director del grupo de trabajo del 5G del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información chino, el que ha confirmado que China lleva desde marzo de este año investigando el 6G. El desarrollo oficial de esta conectividad encontrará su punto de partida en el 2020, aunque estima que tendremos que esperar hasta el 2030 para su comercialización.
Como un 5G vitaminado
De acuerdo a Xin, "el 5G tiene tres escenarios de aplicación: mayor ancho de banda, baja latencia y conexiones más amplias. Creo que el 6G puede conseguir mejores aplicaciones en los tres escenarios". Así, confirma que el 6G podrá multiplicar las tasas de transmisión hasta 10 veces. "Revolucionará la estructura de la red inalámbrica y cableada", afirma.
La velocidad que el 6G podría alcanzar es de un terabit por segundo, según recogen los medios locales que han entrevistado a Su Xin. Para hacerte una idea de lo que eso significa, estamos hablando de una velocidad mil veces superior a la que ofrece Google Fiber (1.000 Mbps), suficiente para descargar unas 100 películas en cuestión de un segundo (de forma teórica, al menos).
Además de ser más rápido, el 6G se usaría para introducir nuevas tecnologías en el campo de las telecomunicaciones. Sin ir más lejos, Jessica Rosenworcel, de la Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense, dijo en el MWA 2018 que el 6G avanzaría hacia las frecuencias de terahercios (THz) e introduciría las cadenas de bloques propias del blockchain. ¿Cómo? No se sabe. Mejor esperar a tener al menos una definición de "6G".
En lo que a conectividad, infraestructura e inversión se refiere, China es uno de los grandes exponentes a nivel mundial. De acuerdo a Deloitte, China ha construido 350.000 torres de telefonía 5G e invertido 24.000 millones de dólares más que Estados Unidos desde 2015, con un plan para los próximos años que supera los 400.000 millones. Estados Unidos solo tiene 30.000 antenas 5G, un 10% de las que tiene China.
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