El buscador considera penalizable compartir enlaces de descargas, sea cual sea el contenido y sin pararse a comprobar de quien es el derecho de autor. Éste es el caso de Cody Jackson quien compartió su propio libro sobre el lenguaje de programación Phyton, permitiendo su descarga libre a través de enlaces que Google asocia por defecto a las descargas ilegales.
Internet y, en especial, las redes P2P están siendo utilizadas por artistas noveles como medio fácil y rápido de promocionarse. Estando el panorama editorial y musical de esta guisa, la mayor parte de principiantes optan por difundir su obra por la red, legalmente y a cambio de una “donación voluntaria” establecida por el propio usuario.
Hace un par de años tras acabar su libro Jackson decidió publicarlo y promoverlo por las redes P2P para difundir su contenido. A modo de agradecimiento a la comunidad open source, la descarga era gratuita (con la posibilidad de hacer donativos) y legal, con licencia Creative Commons BY-SA.
El escritor incluyó anuncios de Google Adsense con la intención de aumentar los beneficios, pero hace unos meses su cuenta fue inhabilitada pues según Google su blog contenía enlaces que permitían la difusión de contenido con copyright. Concretamente estos enlaces conducían a The Pirate Bay y Demonoid, webs de descargas que el buscador considera ilegales.
En resumen, aunque Jackson difundía su propia obra y por tanto no había problemas de copyright, al enlazar a The Pirate Bay el buscador entendió que se trataba de una descarga ilegal. Por supuesto el escritor se puso en contacto con la empresa y prometieron revisar el caso. El problema es que nadie se atreve con esta situación, así que la cuenta sigue bloqueada.
Por un lado tenemos a los autores que quieren compartir sus creaciones vía P2P. Como obras propias tienen derecho pleno sobre ellas, su difusión, su edición y su uso. Pero por otro lado están las discográficas y sus continuas presiones para bloquear todo el tráfico P2P, que supuestamente perjudica a la industria pero que, como vemos, no es una buena solución.
Esto es un jarro de agua fría para los artistas independientes. Cada vez se quedan con menos recursos para darse a conocer. Y si a eso le sumamos que cuando lo consiguen los penalizan sin razón aparente, pocos serán los que se sigan atreviendo a promover su arte.
¿Tanta es la importancia de castigar a los delincuentes, que se nos olvida comprobar si son culpables? ¿Se nos ha olvidado la existencia de la “descarga legal”? ¿Es justo para los autores independientes limitarlos de esta forma?
Via | ADSLNet
Foto cabecera | Kalexanderson