Lío entre reguladores. Se puede decir que las relaciones entre la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones y la Comisión Nacional de la Competencia no pasan por su mejor momento, después de la nota emitida por esta última en la que pone en entredicho la propuesta de la CMT de analizar las ofertas de Movistar una vez hayan sido lanzadas.
Todo comenzó a mediados de noviembre cuando la CMT hizo pública su intención de cambiar la manera en la que supervisa el lanzamiento de nuevos productos y ofertas del ex-monopolio. Hasta ahora cualquier movimiento del operador era analizado antes de su llegada al mercado minorista para comprobar que no haya un estrechamiento de margenes que ahogue a la competencia y en caso de que existiese el producto o promoción no podría ser lanzado.
Pero la propuesta que lanzó la CMT modificaba este análisis previo para las promociones, de manera que cada seis meses el regulador las sometería a examen pero sin supervisión previa y en caso de que supongan un estrechamiento de margenes la CMT impondría una rebaja de los precios mayoristas, los que pagan otros operadores a Movistar por acceder a su infraestructura, para equilibrar la balanza y que los alternativos puedan replicar la oferta.
Margen para ahogar a la competencia
El principal problema es que con esos análisis semestrales el operador podría jugar con ese margen de tiempo para lanzar promociones de difícil replica para la competencia. Sería tan sencillo como que Movistar lanzase su promoción el día después del examen de la CMT, con lo que contaría con cinco meses y 30 días de promoción irrepicable hasta que el regulador la examine y reduzca el precio mayorista.
Es por ello que la CNC se ha pronunciado en contra de esta propuesta, ya que los exámenes anteriores al lanzamiento han permitido hasta ahora regular un mercado en el que con barra libre Movistar se podría haber comido a la competencia. Es por ello que Competencia pide a la CMT que mantenga su actual estrategia de exámenes previos, para proteger precisamente la competencia en el sector de la telefonía y Banda Ancha fija.
Además de resultar un conflicto entre dos reguladores públicos la controversia no acaba simplemente con la opinión contraria de la CNC ya que ambos reguladores se fusionarán en uno solo, junto con reguladores de otros mercados, en lo que será la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia, si Bruselas se lo permite al gobierno español.
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