De vez en cuando resulta interesante echar un vistazo a las previsiones de las grandes empresas de Internet en relación a la evolución de las capacidades de las redes de comunicaciones. Una de las que más aciertos suele tener a la hora de predecir el futuro a medio plazo es Cisco, que en su VNI Forecast Highlights pronostica, entre otras cosas, el ancho de banda medio de diferentes países y regiones.
En el caso de España, Cisco calcula que la velocidad media de conexión en 2011 es de 10,2 Mbps y que para 2016 esta cifra se incrementará hasta unos 40 Mbps en el caso de los accesos fijos y de unos 8,2 Mbps en el de los móviles.
Estos datos situarían a España en los primeros puestos de los países occidentales de nuestro entorno en cuanto a velocidades medias se refiere. Por ejemplo, en Estados Unidos la velocidad media rondaría en 2016 los 37 Mbps, en Francia unos 43 Mbps y en Alemania 49 Mbps.
Caso aparte son los países asiáticos, reyes actuales de las conexiones de fibra óptica. Por ejemplo, Corea superará los 82 Mbps y Japón los 61 Mbps. Incluso en China, con sus millones de internautas esperan incrementar considerablemente sus inversiones para pasar de los 5 Mbps actuales hasta más de 26 Mbps.
¿Es Cisco demasiado optimista en sus previsiones?
Sinceramente, por lo menos en el caso de España creo que las previsiones son demasiado optimistas, ya que alcanzar esos 40 Mbps supondría que, puesto que muchos miles de usuarios de pequeñas ciudades y pueblos seguirán con conexiones de menos de 10 megas durante todavía unos cuantos años (seguro que más uno de vosotros conoce todavía a alguien con accesos de 1 Mbps o incluso menos), para compensar la estadística, debería haber otros tantos con conexiones de más de 80 o 100 Mbps.
Ésto es técnicamente posible en los grandes núcleos urbanos y sin duda las conexiones de fibra seguirán extendiéndose por las ciudades en los próximos 3 o 4 años. ¿El problema? Pues que seguimos teniendo precios desorbitados con respecto a nuestro poder adquisitivo, que por otra parte está previsto seguirá descendiendo durante por lo menos dos o tres años más, y me temo que los cuatro próximos años su coste no descenderá lo suficiente como para que se popularicen.
¿Qué pensáis vosotros?, ¿es Cisco demasiado optimista en sus previsiones o quizá comete el error de tratarnos como un país serio occidental al realizar sus cálculos?
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