Que Internet no vaya bien no solo es culpa de la velocidad de descarga. Estos cinco factores son igual de importantes y no se tienen en cuenta

Una mala velocidad de descarga puede afectar negativamente a la experiencia de navegación, pero no es lo único en lo que deberíamos fijarnos

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Teniendo en cuenta la relevancia de Internet en el día a día, no es de extrañar que los problemas de conexión nos supongan un quebradero de cabeza: cuando nuestra conexión a Internet no funciona como debería podemos experimentar problemas de velocidad graves e incluso cortes en la conexión en los peores momentos, algo que resulta realmente molesto.

Una de las cosas que solemos hacer cuando notamos que la conexión no funciona correctamente es comprobar la velocidad de descarga con un test de velocidad. Aunque la velocidad de descarga de la conexión es clave, hay otros factores igual de importantes que suelen pasar desapercibidos. En este artículo repasamos algunos de los más relevantes.

Latencia

Es probable que hayas oído hablar con anterioridad acerca de la latencia, ya que es uno de los factores que más contribuyen a la calidad de la conexión. La latencia se mide en milisegundos (ms) y es el tiempo total que un paquete de datos tarda en llegar desde nuestro dispositivo hasta el servidor. Como es lógico, cuanto más tiempo tarde en llegar peor será la experiencia de usuario. Lo ideal, por tanto, es tener una latencia lo más baja posible.

Esto es crucial en actividades que exigen un tiempo de respuesta prácticamente inmediato, como a la hora de jugar a juegos multijugador por Internet: en caso de tener una latencia alta no podremos jugar correctamente, ya el lag provocará problemas importantes. Si durante una partida multijugador has visto que un jugador parecía teletransportarse a otros puntos del mapa, es probable que esa persona estuviese experimentando problemas de latencia.

Frecuencia

Ya hemos hablado con anterioridad acerca de las diferencias entre las bandas de 2,4 y 5 GHz. La banda de 2,4 GHz ofrece un mayor alcance que la de 5 GHz, aunque la velocidad es menor y está más expuesta a interferencias. Por otro lado, la banda de 5 GHz ofrece mayor velocidad a consta de un menor alcance. Además, está expuesta a menos interferencias al contar con más canales.

Teniendo en cuenta lo anterior, si el router no se encuentra muy alejado y no hay muchas paredes de por medio, es preferible decantarnos por la banda de 5 GHz para disfrutar de la mayor velocidad. Si vamos a alejarnos del router y queremos obtener el mejor alcance, es preferible decantarnos por la banda de 2,4 GHz.

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Ancho de banda

Podríamos definir el ancho de banda como la capacidad máxima para transmitir datos de una red determinada. El ancho de banda de una red es limitado, por lo que debe repartirse entre todos los dispositivos conectados al router. Aunque lo más normal es que en el día a día no tengamos problemas con el ancho de banda, podríamos llegar a experimentarlos si hay varios dispositivos haciendo un uso intensivo de la red.

Por suerte, la mayoría de routers del mercado cuentan con una función conocida como QoS (quality of service) que nos permite limitar el ancho de banda de determinados dispositivos o dar prioridad a uno en particular. Por ejemplo, podemos utilizar esta herramienta para dar prioridad a una consola y poder jugar a juegos multijugador sin problemas en caso de que otra persona esté haciendo un uso intensivo de la red. También podríamos hacer justo lo contrario: limitar el ancho de banda de la consola para no experimentar problemas de velocidad en el resto de dispositivos.

Velocidad de subida

La velocidad de descarga es importante a la hora de acceder con rapidez a páginas web, ver series y películas en las principales plataformas de streaming o descargar archivos pesados de Internet. A pesar de ello, la velocidad de subida es igual de importante, especialmente si sueles hacer videollamadas o acostumbras a subir archivos pesados a Internet.

En caso de que la velocidad de subida no sea lo suficientemente alta y tengamos que hacer una videollamada, la imagen podría verse pixelada o incluso congelarse durante varios segundos. También es habitual que el audio se escuche con cortes y en los casos más graves la llamada podría desconectarse por completo.

Estabilidad de la conexión

Algo que conviene tener en cuenta es que la forma en la que nos conectamos a Internet puede afectar de forma importante a la calidad de la conexión: a pesar de la comodidad de conectarnos a Internet vía WiFi, las redes inalámbricas suelen verse más afectadas por problemas de velocidad o de estabilidad que las conexiones por cable.

Teniendo en cuenta lo anterior, es preferible conectarnos por cable siempre que sea posible, especialmente si hacemos videollamadas de forma habitual, acostumbramos a consumir contenido en streaming o tenemos que trabajar con archivos pesados en la nube.

Si no tienes más remedio que conectarte a Internet vía WiFi, puede ser interesante sustituir el router de tu compañía por uno más completo. Además, es importante situarnos lo más cerca posible del router (las paredes y puertas afectan negativamente a la calidad de la señal) y evitar instalar el router dentro de armarios o detrás de muebles.

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