Desde hace varios años se viene notando en todo el mundo la desaparición y muerte de millones de abejas, con el consiguiente riesgo que ésto supone para la agricultura y la industria alimentaria humana.
Muchas han sido las teorías que han tratado de explicar el problema, desde que están siendo afectadas por venenos, pesticidas, por las ondas electromagnéticas de las redes móviles, ataques de otros insectos, etc. Es lo que se conoce como Colony Collapse Disorder (CCD).
Ahora la CSIRO australiana (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization) quiere estudiar este problema desde un punto de vista diferente. Para ello se han puesto de acuerdo con los granjeros locales de Tasmania para crear una red de información formada por miles abejas.
En concreto, quieren instalar, con pegamento, en más de 5.000 abejas un pequeño dispositivo RFID de unos 2,5 mm de lado que identificará a la abeja y que permitirá seguirla allá por donde vuele, identificando patrones de movimiento y posibles causas de su muerte.
Pero ahí no queda la cosa, ya que si el experimento tiene éxito, esperan hacer algo similar con otros insectos, como por ejemplo los mosquitos, aunque esta vez colocando un pequeño receptor de 1 mm en el que todavía tienen que trabajar. De este modo se podrá conocer con más exactitud los movimientos de los insectos y prevenir posibles plagas.
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