Las compañías que gestionan los derechos de autor en Estados Unidos llevan tiempo tratando de enjuiciar a miles de usuarios por descargar diferentes tipos de contenidos protegidos desde sus redes tanto fijas como inalámbricas. Si bien varias sentencias han demostrado que una IP no se corresponde con una persona física, hasta ahora se solía mantener la postura de que quien contrataba la conexión a Internet era responsable de lo que se hiciese en ella.
Ante las denuncias de las gestoras, algunos usuarios americanos han venido alegando, para no ser condenados a pagar millonarias indemnizaciones y evitar la caza de brujas a la que son sometidos, que no fueron ellos quienes descargaron esos contenidos, que alguien se coló en su WiFi sin su consentimiento.
Las gestoras, por su parte, alegan que aunque pueda que sea cierto que alguien se colara en su red es el deber del dueño de la red proteger al máximo la seguridad de su acceso WiFi y estar pendiente de que nadie lo use para infringir las leyes del copyright.
Ahora una nueva sentencia de la Corte Federal de California ha quitado la razón a las gestoras, argumentando que los usuarios no han firmado ninguna relación laboral ni de confidencialidad con las empresas de contenidos, por lo que no están obligadas a velar por que nadie perjudique sus intereses, aunque sea a través de su propia red WiFi.
De este modo se abre una nueva posibilidad de defensa para cientos de acusados de infringir las leyes de derechos de autor en EEUU, aunque seguro que las gestoras ya están buscando mecanismos para llevar a juicio a nuevos internautas.
Vía | TorrentFreak