Si alguien se pensaba que tras la presentación del acuerdo para desplegar FTTH en España entre Vodafone y Orange íbamos a tener un periodo de tranquilidad mientras estos se ponían a la obra estaba muy equivocado.
Y es que si hace dos semanas era la CMT la que pedía a Movistar y Jazztel la modificación de un punto de su acuerdo para compartir los tramos verticales de los despliegues de FTTH hoy son sus rivales Vodafone y Orange los que solicitan medidas urgentes.
En la misma presentación del acuerdo ambos operadores expresaron como habían conversado con Movistar para llegar a un acuerdo para compartir el tramo vertical de los despliegues al ser este el punto crítico pero con resultado negativo. Muy raro sería que una comunidad de vecinos permita dos despliegues en un mismo edificio por lo que ser el primero en llegar a cada edificio sería crucial.
Siendo consciente de ello Jazztel logró un acuerdo con Movistar para compartirlas pero por una razón o por otra ni Orange ni Vodafone lo lograron, lo que podría suponer que estos pudiesen llegar a un edificio con su propia fibra pero sin poder llevarla hasta los distintos hogares por no poder compartir la vertical de Movistar o porque la comunidad no permitiese un segundo despliegue.
La importancia de llegar el primero
La falta de acuerdos podría suponer una carrera por parte de ambos bandos por ser los primeros en llegar a cada edificio para hacerse con él aunque Movistar ya ha podido "conquistar" buena parte de las zonas más rentables para el despliegue de FTTH.
Es por ello que Vodafone y Orange solicitan a la CMT que obligue a Movistar a ponerse a negociar y alcanzar un acuerdo reciproco antes del 1 junio que permita a todos los operadores implicados a compartir el tramo más crítico del despliegue de fibra.
Lo más complicado, aparte de como llegar a un acuerdo al que Movistar se ha negado reiteradamente, es como llegado a un acuerdo Orange y Vodafone compensarán al operador histórico por abrirles sus despliegues. Si el acuerdo comprende que estos tienen que desplegar al menos el mismo número de hogares pero sin que estos se solapen obligaría a los operadores británico y francés a desplegar su fibra en zonas no tan rentables económicamente.