Saltaba esta semana la noticia de una nueva propuesta de Europa que, en caso de salir adelante tal cual se plantea, impondría al menos 3+2 años de actualizaciones a los fabricantes de smartphones. Los tres primeros serían el mínimo para que les brinden de actualizaciones completas del sistema, y los dos siguientes con parches de seguridad.
Si bien es cierto que hay una cierta tendencia a que los fabricantes cada vez mejoren más este apartado, e incluso hay algunos que ya cumplirían con esa posible legislación, hay otros que están muy lejos de cumplir esos mínimos. Repasamos a continuación en qué punto se encuentran las principales marcas.
Apple, un remanso de paz ante esta noticia
La compañía de la manzana debe ser de los fabricantes que mejor se tomarán esta noticia. Y es que la propuesta de la Unión Europea les resultará indiferente a tenor de su política de actualizaciones. Salvo que justamente cambien ahora de parecer, algo poco probable.
Los iPhone tienen, de media, actualizaciones durante 5-6 años desde que se lanzan al mercado. Estas se lanzan de forma simultánea en todo el mundo y sin distinción de modelos. Actualmente, el inminente iOS 16 llegará a teléfonos como los iPhone 8 y iPhone X que fueron lanzados en 2017.
No obstante, hasta el pasado mes de agosto nos encontramos con modelos lanzados en 2015 (hace 7 años) y que siguen actualizando a versiones nuevas de iOS 15. De forma no tan frecuente, nos hemos llegado a encontrar con parches de seguridad para móviles con 9 años. Véase el caso reciente del lanzamiento de iOS 12.5.6 con medidas de seguridad para terminales como el iPhone 5s.
Samsung se ha puesto las pilas en este apartado
La firma coreana no tiene el mismo recorrido que Apple en lo que a actualizaciones se refiere. Sin embargo, en los últimos años ha ido anunciando mejoras en sus flagship añadiéndole más años de soporte y en este 2022 ya prometen actualizaciones durante 4+1 años a todos los terminales.
Así, Samsung dotará de cuatro actualizaciones de su capa de personalización One UI, basadas en las versiones de Android de turno. Y, tras los cuatro años en los que irán llegando estas actualizaciones, añadirá un año extra con parches de seguridad.
Eso sí, tendrá que mejorar la velocidad con la que actualiza sus smartphones. La normativa que plantean desde Europa exigiría que pasen como mucho 4 meses desde que se lance la actualización para que llegue a todos los modelos. En vistas de cómo fue el calendario de lanzamiento de One UI 4.0, observamos que los últimos en actualizar tardaron 7 meses.
Realme, a un paso de cumplir con los 5 años
En Realme no tienen tantos años de presencia en nuestros mercados como los anteriores y, aunque inicialmente no pareciesen añadir mucho soporte, desde 2022 ya garantizan actualizaciones en todas sus gamas. Y aunque tienen la promesa de seguir mejorando y más en vistas de la posible normativa que así lo exija, tienen aún recorrido de mejora.
Sus nuevas gamas 'GT' y 'GT Pro' incluyen ya 3 años de actualizaciones de software con Realme UI, su capa de personalización Android. Los 'GT Neo', 'GT Master' y las series numéricas incluyen 2 años de actualizaciones de la misma capa. En sus gamas más económicas, las 'C', prometen también 3 años de actualizaciones, pero de Android stock.
Realme incluye parches de seguridad en esas actualizaciones, aunque no pasan en ningún caso de los tres años. Por tanto, su mejora previsible es aumentar este tiempo y alcanzar esos 5 años que Europa está ya exigiendo como mínimos.
OnePlus dio un giro, pero le falta camino
El verano pasado supimos que OnePlus mejoraría en el terreno de las actualizaciones al llevar 3+1 años de actualizaciones a sus gamas alta. Sigue cumpliendo con ello y, a expensas de la posible normativa, solo les quedaría sumar un año más de parches de seguridad.
Algo más de impulso necesitarán en el resto de gamas. La gama media tendría que girar las tornas de 2+3 años, ya que es justo lo contrario de lo que la Unión Europea pide, por lo que al menos el tercer año deberá ser con una actualización completa de software.
Más complejidad parece que les entrañará el asunto en los móviles más económicos. Y es que la gama de entrada solo tiene un año de actualizaciones en el que se incluye solo versiones de Android stock y después se olvida y ni siquiera recibe parches de seguridad.
A Vivo le falta dar más protagonismo a los parches de seguridad
También el pasado año supimos de la promesa de Vivo respecto a las actualizaciones. La compañía china ofrece 3 años de actualizaciones que cumplirían con la primera exigencia de la UE, aunque suspenderían en los dos siguientes años, en los cuales no llega ningún parche de seguridad.
Además, la compañía deberá extenderlo a todas las gamas de dispositivos que comercializan en Europa. Y es que actualmente solo la gama 'X' tiene incluida esta garantía, quedando en el aire lo que ocurra en gamas medias y económicas.
OPPO deberá hacer más sumas en su actual estrategia de 2+1
Un uno a cada cifra es lo que debe sumar OPPO a su política de actualizaciones. A la par que Vivo, supimos de la mejora de OPPO en algunos de sus móviles. Más en concreto de la gama 'Find X' y sus 2 años de actualizaciones completas y 1 de seguridad.
Aparte de tener que alcanzar los 3 de actualizaciones de software y sumar otro año más para parches de seguridad, la compañía fundada por Tony Chen deberá mimar más a sus gamas medias y de entrada. De lo contrario, deberán dejar algunos móviles sin llegar a mercados europeos o afrontar las sanciones de Europa.
Xiaomi: este sí, este no, este quizás...
Fabricantes con muchos móviles y en diferentes gamas hay muchos. Sin embargo, Xiaomi es probablemente el que más cantidad lleva a nuestros mercados. Una estrategia que puede parecer atractiva para consumidores al encontrarse muchas opciones, y también para la marca que es la que gana dinero. Sin embargo, su política comercial se antoja como un problema ante las actualizaciones. Y más si lo de Europa llega a buen puerto.
Actualmente, Xiaomi no ofrece datos oficiales sobre los años de soporte de sus móviles. No quiere decir que no los actualice, pero tampoco tiene obligación alguna al no haberse comprometido ni existir legislación que le obligue a ello (de momento). Así, nos encontramos con que algunos móviles de hace solo dos años se han quedado sin soporte.
En caso de tener que garantizar los 3+2 años de soporte, nadie imagina a Xiaomi retirándose de nuestro mercado. Sin embargo, entre las consecuencias de la normativa podría estar un menor número de móviles en el mercado. Todo dependerá de si a la marca le compensa el dinero invertido en desarrollo para extender el software en tantos terminales o si, por el contrario, estiman que no les sale a cuenta y prefieren solo lanzar unos pocos terminales de cada gama.
Una propuesta aún en desarrollo y con importantes implicaciones
Habrás observado que no hemos contado la estrategia de otras marcas. Algunas otras destacadas como Sony, Nokia o Motorola siguen caminos similares en lo que a garantizar más años de actualizaciones se refiere, pero no ofrecen una garantía oficial de ello, ni se aplica a todas sus gamas.
En líneas generales, podemos ver como Apple y Samsung tienen menos de que preocuparse ante normativas como las que plantea la UE. Otras, en cambio, deberán mejorar y por suerte muchas van por buen camino. Aunque no será un asunto fácil, ya que todas querrán cumplir la ley si se lleva a cabo y eso podría implicar cambios en sus estrategias comerciales.
El caso de Xiaomi con sus gamas económicas es quizás el más llamativo por cantidad, pero no es el único fabricante que tendrá que plantearse dejar de vender dispositivos en este rango. Sabiendo que la propuesta de Europa es aún temprana y aún requiere de conversaciones con los implicados, quizás se rebaje la expectativa en gamas de entrada y no se exijan tantos años de actualizaciones.
Por tanto, es evidente que toda esta expectativa no se plasmará a muy corto plazo en forma de ley. De cara al consumidor es indiscutiblemente una ventaja, pero hay otras implicaciones empresariales que indirectamente podrían afectarnos a todos y de ahí que comience ahora un periodo de discusión y reflexión de todas las partes. No obstante, parece que el camino hacia un mayor soporte de software se ha iniciado y no tiene vuelta atrás.