Llevo desde los primeros días utilizando las aplicaciones de rastreo en mi teléfono. Más de dos años y medio, un confinamiento y seis olas sin que el móvil me alertase de un positivo cercano en Covid. Y justo hoy lunes 7 de marzo me saltó la notificación: hace una semana estuve cerca de alguien que comunicó su infección a través de las apps. En el MWC 2022.
Con el auge del Coronavirus la principal preocupación fue atajar al máximo el contagio en un intento de mitigar la pandemia. Para ello, el móvil se erigió como la mejor herramienta para diluir las posibilidades de contagio. Porque, si tenemos un dispositivo que detecta los riesgos, una alerta a tiempo debería acotar la expansión de la enfermedad.
Las funcionalidades de rastreo se incluyeron en los sistemas móviles mayoritarios, cada país europeo desarrolló su propia aplicación. Y a mediados de 2020 auguramos gran efectividad para la propuesta española, Radar Covid. La realidad terminó siendo distinta.
Dos años y medio usando apps de rastreo y ni un aviso
Las aplicaciones de rastreo no funcionan de manera independiente y a nivel de la aplicación, en sí es el sistema operativo (iOS y Android) quien analiza las conexiones Bluetooth cercanas para identificar aquellos usuarios que hayan introducido el código de contagio que deberían de asignar los distintos centros médicos al comunicar los positivos. Por tanto, apps como Radar Covid dependen de la plataforma desplegada para ponerle coto al Covid.
En mi teléfono siempre solía instalar Radar Covid, tanto en mi móvil personal como en cada uno de los smartphones que he ido analizando. Con la mayor importancia que adquirió el Certificado Covid me pasé a la aplicación alemana: Corona-Warn-App. Es la aplicación que siempre llevo en el iPhone, móvil que nunca cambia de SIM (mi número secundario está en el móvil que me encuentre analizando).
España no desarrolló una app para almacenar el Certificado Covid como sí hicieron los demás países europeos. Dado que la mayoría combinó las funcionalidades de rastreo con las de almacenamiento de certificado, y debido a que no importa qué app se utilice dentro del ámbito europeo, me pareció mucho más práctico llevar un "todo en uno" que sólo una de rastreo (Radar Covid). No imaginé que a estas alturas iba a encontrarme una alerta de positivo.
Y ocurrió: la app de rastreo me notificó que había estado cerca de alguien diagnosticado con Covid. Eso sí, una semana después.
Una oportunidad perdida y tremendamente desaprovechada
Las aplicaciones de rastreo ofrecían todo el sentido sobre el papel, anticipaban efectividad ante la proliferación de contagios y favorecieron la popularización gracias a que dos empresas tan aparentemente antagónicas se decidieron a colaborar para mantener al máximo la salud de los usuarios. Apple y Google trabajaron en tiempo récord, las autoridades adaptaron la plataforma a los requerimientos y se desarrollaron apps para casi cada país del mundo.
Ninguna de las apps de rastreo me había notificado nunca un contacto estrecho, tampoco conozco a nadie que le haya ocurrido. Todo por la ineficacia a la hora de entregar y asociar los códigos a cada positivo por Covid, también por las dudas en torno a la privacidad de las aplicaciones. Sea como fuere, recibir una alerta y que ésta sea anecdótica después del nivel de contagios que nos arrojaron las seis olas de Covid no deja de ser en sí una anécdota. Catastrófica.
Resulta que el lunes 1 de marzo estuve cerca de un asistente al MWC que una semana después recibió la confirmación de un positivo por Covid junto con el código para la app de rastreo pertinente; que decidió introducir para así avisar a todos los que estuvieran un tiempo cerca suyo y con el móvil activo. Yo fui uno de ellos, ni idea de quién sería.
No he sufrido síntomas compatibles con el Covid. Aun así, me mantendré en casa y me haré algún test, por si acaso. La duda es: ¿de salir positivo obtendría un código para así alertar a quien haya estado cerca mío? Seguramente no, es una lástima que se haya desaprovechado todo este potencial.
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