Esto es lo que pasó cuando diez adolescentes cambiaron su smartphone por un dumbphone

Esto es lo que pasó cuando diez adolescentes cambiaron su smartphone por un dumbphone

  • Los adolescentes sintieron mejoras en la ansiedad y en el sueño

  • No todos pudieron completar el estudio

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Los smartphones han revolucionado nuestra vida alterando casi cada porción de la rutina diaria. Y esto no sólo facilito las tareas, también creó inconvenientes y dependencias. Porque, ¿dirías que sufres cierta adicción por el smartphone? Un estudio se propuso comprobarlo entre los adolescentes.

Los teléfonos inteligentes o smartphones ofrecen un sinfín de posibilidades en un único dispositivo, pero esto no tiene por qué ser una ventaja, ya que poseen un gran poder sobre nuestros actos. Con la necesidad constante de buscar estímulos, al final terminamos dependiendo de las notificaciones que llegan a cada una de las apps instaladas, de esa descarga de dopamina que se produce tras satisfacer la curiosidad de ver qué decía el mensaje. Hay estudios que consideran este comportamiento una adicción. Y puede resultar difícil escapar de ella.

¿Dependes de las notificaciones? Elige un móvil sin ellas

Niño jugando con smartphone

¿También eres de los que tiene el móvil sobre la mesa y pasa a consultarlo con cada aviso que llega, independientemente de lo que estés haciendo? ¿Te cuesta conciliar el sueño porque revisas una a una tus apps en busca de novedades? ¿Te sorprendes con el smartphone en la mano más veces de las que te gustaría? Esa sensación de estar perdiéndote algo si no miras el móvil tiene un nombre: FOMO.

Como todo lo que viene del inglés suele quedar más guay, el término FOMO es un acrónimo que se crea a partir de la frase «Fear Of Missing Out», lo que se traduce en un «miedo a perderse algo». Revisar compasivamente el teléfono en busca de novedades, mirar cada notificación que llega, sentir la necesidad de abrir ese icono en el que aparece una burbuja con números en rojo... La dopamina que segregamos al cumplir todas estas acciones nos ha condicionado para que pasemos más tiempo usando las apps; lo que se traduce en una adicción al smartphone.

Las aplicaciones están diseñadas para generar recompensas en el cerebro con la idea de mantenernos pegados al smartphone. Este efecto es aún más pronunciado en los adolescentes

Los desarrolladores lo saben, también empezamos a ser conscientes los usuarios. Y hay una tendencia que se está imponiendo, sobre todo entre aquellos que siempre convivieron con smartphones: como explican medios de la talla de BBC, y hemos comprobado ante el auge de los dumbphones o teléfonos tontos, usar un móvil que sólo tiene teléfono resulta muy positivo ante la dependencia digital.

La BBC realizó un experimento: ¿qué ocurriría si diez adolescentes abandonaran su teléfono inteligente para utilizar un móvil de los que antaño llamaríamos «de toda la vida»? Como suele decirse, seguro que los resultados no te sorprenden.

“Me ha hecho darme cuenta de todo el tiempo que gasto en redes sociales”

Nokia 3210 Nokia 3210 clásico sin redes sociales ni Internet

El estudio llevado a cabo por la BBC se realizó retirándole el smartphone a diez adolescentes entre los 14 y los 16 años. Se les planteó que estuvieran sin el dispositivo durante cinco días. Y a cambio se les ofreció teléfonos básicos Nokia con capacidad para enviar SMS y hacer llamadas. Ni WhatsApp ni redes sociales ni resto de aplicaciones, una cura de desintoxicación completa.

Algunos de los efectos observados por los propios adolescentes fueron:

  • Los adolescentes reportaron un aumento de la sociabilidad en persona. Al reducir drásticamente las interacciones virtuales incrementaron el contacto con las personas cercanas. La comunicación familiar mejoró de manera genérica.
  • Algunos de los adolescentes reportaron una reducción en la sensación de ansiedad. No tener notificaciones redujo la necesidad de dependencia, aunque no en todos: hubo quien no logró acabar el experimento.
  • Mejoras en la calidad de sueño. El estudio de la BBC constató una de las evidencias observadas por los científicos: las pantallas merman la duración del sueño y su calidad.
  • Redescubrimiento de actividades offline. Al tener restringidas las actividades online, varios de los sujetos del estudio tuvieron más tiempo para dedicárselo a actividades creativas y de ocio en la vida real.

Pese a que los efectos descubiertos son llamativos, que el estudio de la BBC se haya realizado sobre sólo diez adolescentes no es demasiado concluyente. Aunque sí que existen otros estudios científicos mucho más amplios que obtienen resultados semejantes; como el de la psicología del comportamiento adictivo de los smartphones en los adolescentes. Está demostrado que las interacciones con el smartphone provocan una descarga de dopamina. Poner coto al uso del teléfono es una de las mejores prácticas que podemos hacer.

Imagen de portada | Midjourney

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