A veces nos centramos en la utilidad de los teléfonos móviles por qué hardware incluyen o las opciones de uso que las apps proponen, pero el uso de los terminales va mucho más allá al tratarse de un canal de comportamiento humano. En Harvard y Princeton han aprovechado esto y proponen que los datos procedentes del uso de los teléfonos móviles tenga una utilidad en la epidemiología.
Concretamente, lo que han observado los investigadores de estas universidades es que de la información recogida de los terminales se obtienen fluctuaciones poblacionales que ayudan a predecir la transmisión de enfermedades infecciosas. Un método que ha resultado ser más preciso que otros métodos utilizados hasta ahora en el caso de la rubeola.
Para llevar a cabo esta investigación han rastreado el movimiento de unos 15 millones de usuarios anónimos en Kenia durante un año. Según explica el equipo, estos datos tienen un enorme potencial para cuantificar los patrones de movimiento a escalas muy precisas pudiendo identificar los puntos clave para frenar el brote con las campañas de prevención.
La clave: las torres de señal móvil
¿Cómo exactamente han utilizado la información de los teléfonos móviles? Lo que han hecho los investigadores es determinar la ubicación de los usuarios así como el número de desplazamientos entre las distintas provincias al día mediante las antenas para los móviles registrando cada llamada y cada SMS. Un registro que resultó en más de 12 mil millones de comunicaciones en total.
Posteriormente se compararon estos registros con la detallada base de datos de incidencia de rubeola en Kenia y coincidieron, tanto en patrones de desplazamiento como en los picos que la enfermedad había tenido. Esto ha ayudado a confirmar la relación de los repuntes de los casos con el calendario del curso escolar, entre otros factores sociológicos.
Con vistas a otras enfermedades infecciosas
En los últimos años la posesión de terminales en países en vías de desarrollo se ha incrementado de manera considerable permitiendo que estos datos puedan ser representativos y útiles a la hora de determinar los patrones. De este modo puede predecirse la posible expansión e iniciar acciones preventivas con la población.
Los investigadores esperan poder aplicar esta metodología basada en los datos del uso de los móviles en futuros proyectos, de modo que se atienda a otras enfermedades infecciosas actuales de importancia relacionadas con los movimientos poblacionales como el sarampión, la malaria o el cólera.
Vía | PNAS
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