En algunos colegios ya se ha tenido que prohibir el uso de teléfonos móviles, ya que los alumnos lo usaban durante las clases interrumpiendo el transcurso de estas. En Sudáfrica han llegado a una solución intermedia, colocar unas taquillas donde guardar móviles y reproductores.
Durante las clases los dispositivos están a salvo de hurtos y los alumnos pueden usarlos cuando salgan de clase, durante los recreos. Una solución parcial, pero ingeniosa y, probablemente, no demasiado cara de implementar.
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