Ring, ring. Suena el teléfono de casa y en vez de ir corriendo a coger la llamada, decidimos obviarla completamente. ¿Por qué? Nuestro flamante ordenador equipado con un Pentium 3 es el culpable de que estemos descargando iconos para Windows, y si descolgamos el teléfono fijo, perdemos la conexión y por tanto la descarga.
Mucho han cambiado los tiempos desde entonces, ahora sólo oímos términos que suenan futuristas como 5G, conectividad satelital, y jugamos a auténticos juegazos de consola desde la palma de nuestra mano. Sí, conectarse a Internet no era tan sencillo como lo es ahora, y eso ha dejado una víctima en el camino: el teléfono fijo.
Sin teléfono fijo no había paraíso
Quizá esto pueda sonarte un poco boomer pero acceder a la red no era tan sencillo como activar el WiFi cuando estamos en casa, o habilitar los datos móviles al salir de ella. De hecho, los móviles de esa época no se utilizaban para tal fin. En cambio, teníamos unos ordenadores que cada vez ganaban más prestaciones, y la popularización de Internet incrementó sus posibilidades.
Pero para ello debemos comprender cómo funcionaba el módem que utilizábamos para entrar en Internet: estos dispositivos se conectaban a la línea telefónica y convertían las señales digitales de los ordenadores en analógicas, para así transmitirlas por la línea telefónica.
Y sí, hacían un ruido cuanto menos peculiar. Quizás lo hayas escuchado antes, pero vale más un vídeo que mil palabras (¿O no dice eso el refrán?).
Estos sonidos eran el reflejo del módem negociando la velocidad de transmisión así como estableciendo la conexión a Internet. La técnica usada por estos módems para enviar los datos se llama modularización por desplazamiento de frecuencia (FSK por sus siglas en la lengua de Shakespeare).
Una vez la conexión estaba en funcionamiento, podíamos entrar a cualquier página web de todo el mundo. Increíble, ¿verdad?. O al menos eso nos parecía a los que vivimos esa época. Decíamos al comienzo que ignorábamos las llamadas que sonaban en el teléfono fijo, ese que normalmente estaba en el salón de todos los hogares.
¿El motivo? Volvemos de nuevo atrás. Como hemos dicho anteriormente, el módem utilizaba la línea telefónica para conectarse a la red, de ahí que perdiéramos la posibilidad de utilizarla. Por ende, si hacíamos una llamada mientras usábamos Internet, perdíamos la conexión a la red, y viceversa.
La importancia del fijo no necesitaba justificación, porque además era un dispositivo prácticamente obligatorio para todos: si queríamos acceso a Internet lo necesitábamos, y de todas maneras, los móviles no estaban tan expandidos como lo están ahora, por lo que para comunicarnos con nuestros allegados, era algo básico.
Los tiempos han cambiado: el paso de los años nos trajo mejores conexiones. La popular banda ancha llegó, con términos como el ADSL, y ya no necesitábamos interrumpir nuestras llamadas telefónicas. El ADSL utilizaba una frecuencia distinta a la del teléfono, aunque seguía requiriendo acceso a través de la línea telefónica.
Luego llegaron mejores tiempos para disfrutar de Internet con las conexiones de alta velocidad como el cable coaxial o la fibra óptica, y los móviles empezaban a despuntar. Sin embargo, el teléfono fijo seguía fijo en nuestra casa (valga la redundancia), pues era prácticamente la única vía para gozar de minutos ilimitados.
Una auténtica reliquia que ya se ve en pocos hogares
En la actualidad, cada vez menos usuarios se interesan por el teléfono fijo. Los móviles han copado prácticamente todas las comunicaciones que hacemos en nuestro día a día, y toda la industria rema en el mismo sentido. Siguen existiendo tarifas que incluyen el fijo, pero ha quedado relegado a un segundo plano.
Seguramente no haga falta explicar los motivos de su "olvido", pues son más que obvios, pero en resumen podemos decir que los smartphones han terminado de rematarlo. Ya no sólo podemos realizar llamadas, sino que enviamos mensajes a través de aplicaciones, tenemos utilidades de todo tipo, navegamos por Internet, e incluso jugamos a títulos con gráficos de infarto, y todo esto desde cualquier lugar y en cualquier momento.
Por otro lado, como decimos, el sector se ha desplazado hacia un punto común. Ahora, es fácil encontrar tarifas económicas con minutos ilimitados, por lo que una de las principales ventajas del fijo ya no lo es. Todo pasa a través de nuestro móvil, y es que si hacemos un poco de reflexión nos asombramos con la cantidad de dispositivos y funciones que se han visto absorbidas por el teléfono móvil.
Ya no nos hace falta perder un minuto de nuestras vidas escuchando los ruidos que hacía el módem para acceder a la red. Con bajar los ajustes rápidos y activar el WiFi ya estaremos conectados, inmediatamente. Lo que nunca podemos olvidar es lo que nos ha hecho llegar hasta aquí, y como no, apreciar en retrospectiva lo que en algún momento supuso un importante avance.
Lo cierto es que no los echamos de menos, pero los teléfonos fijos están destinados a desaparecer. Afortunadamente, podemos seguir usando Internet sin ellos, y... ¿Quién sabe lo que nos deparará el futuro? ¿Quizá los siguientes sean los smartphones?
Imagen de portada | Stable Diffusion XL
En Xataka Móvil | Qué fue de BQ: de tocar el cielo a desaparecer en el infierno de Vietnam
Ver 3 comentarios