Los casos de uso y proyectos con drones y 5G son cada vez más frecuentes. Hace dos años, por ejemplo, vimos a Vodafone probando una red de drones en Benidorm que podían ser usados para la entrega de medicamentos. Y esta misma semana, Telefónica ha presentado una solución basada en drones para el mantemiento de las redes eléctricas. En ambos casos, la ultra baja latencia del 5G era imprescindible.
La última propuesta de este tipo nos llega también de Telefónica, que ya ha comenzado a probar la gestión de flotas autónomas de drones desde una única plataforma centralizada. Pero en este caso, su cometido es la seguridad, vigilancia y mantenimiento de infraestructuras críticas.
"Seguratas" voladores con inteligencia artificial
Telefónica, a través de su compañía Telefónica Ingeniería de Seguridad (TIS) y en colaboración con Unmanned Life, ha desarrollado una solución de gestión de flotas autónomas de drones para llevar a cabo labores de seguridad y vigilancia. Está destinada, según Telefónica, a empresas que carezcan de personal especializado o que prefieran destinar sus equipos humanos a otras tareas.
El proyecto de TIS permite programar una zona de vuelo autónomo en la que varias aeronaves pueden acudir a inspeccionar el lugar ante cualquier alarma y utilizar la inteligencia artificial integrada en la plataforma para, por ejemplo, detectar personas no autorizadas. Las imágenes captadas por el dron son enviadas en tiempo real gracias a la conectividad 5G para su correspondiente análisis.
Telefónica asegura que su solución tiene capacidad para detectar e identifcar drones a una distancia de hasta 10 kilómetros y neutralizarlos cuando se identifiquen como amenaza a una distancia aproximada de 1,5 kilómetros. Además, los drones disponen de sistemas de seguridad avanzados para aterrizar de forma controlada ante imprevistos como la pérdida de conectividad o inhibición de las comunicaciones.
El proyecto será presentado durante el MWC, pero ya se ha realizado un despliegue en la sede de Distrito Telefónica (Madrid) con los permisos pertinentes de la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea) por su cercanía a aeropuertos y helipuertos.
Los drones empleados en la prueba tienen una dimensión de 1,20 metros y cuentan con una autonomía de 45 minutos; una vez agotada, se dirigen automáticamente a una estación de carga cercana para recargarse completamente en unos 30 minutos.
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