Asia, actualmente, produce el 90% de los chips a nivel mundial. Es una absoluta salvajada que ha puesto contra las cuerdas a una Estados Unidos y un continente europeo que se han dado cuenta de que, actualmente, son irrelevantes en este sector. Suyos son los diseños -como los de ARM- y la maquinaria más avanzada -la de ASML-, pero la producción asiática está lejísimos de la del resto del mundo.
Los dos territorios se han propuesto objetivos ambiciosos para 2030, siendo el plan de Estados Unidos mucho más agresivo y… realista: quieren el 20% de la producción de chips de vanguardia a nivel mundial y no van a escatimar en gastos para conseguirlo.
Estados Unidos y Europa aprietan los dientes
Hace un año, mi compañero Juan Carlos nos contaba que, en Asia se fabrican el 90% de los chips de memoria, el 75% de los microprocesadores y el 80% de las obleas de silicio. Son cifras espectaculares que han hecho sonrojar a occidente. El motivo es que dependen de Asia y, aunque gran parte de la producción es en Taiwán, China no tiene una cuota de mercado pequeña.
Pero bueno, también están ahí Corea del Sur (que está invirtiendo para volver a atraer al talento local), Singapur y Japón, cada vez más potente en este ámbito. Es decir, esto no se trata -sólo- de la guerra comercial y tecnológica con China, sino de que Estados Unidos y Europa tienen una gran dependencia de los productores asiáticos.
Ante esta situación, ambos están poniendo medidas. En Europa, por ejemplo, se está intentando atraer a las fábricas asiáticas como TSMC, que tiene planes para Alemania, así como una Intel que también abrirá una megaplanta en aquel país. Además, la idea es que otras empresas más pequeñas que suministren a TSMC, también se sumen al conocido como 'Silicon Valley alemán'. El plan es la Ley Europea de Chips con 43.000 millones de euros para invertir.
Sin embargo, hay mucha regulación que está haciendo que diferentes analistas y productores cuestionen la viabilidad de estos proyectos. En Estados Unidos, parece que la situación es diferente. Tienen tan claro que deben dejar de depender de Asia que el Gobierno destinará los recursos necesarios para ello, aunque en varias tandas.
Intel, TSMC, Texas Instruments, Micro, GF o Samsung son algunas de las empresas que tienen previsto abrir nuevas plantas para producir chips en Estados Unidos. Están invirtiendo miles de millones para construir estas plantas y se están quejando de que las subvenciones no son lo suficientemente generosas.
En verano de 2023, el Departamento de Comercio aceptó un paquete de subvenciones de 39.000 millones de dólares y, dependiendo del tamaño y tecnología de la planta, abrir una fábrica cuesta entre 10.000 y 30.000 millones. Como te puedes hacer una idea, las subvenciones se quedan cortas.
Ahora bien, Gina Raimondo -Secretaria de Comercio de Estados Unidos- ha confirmado que idearán otro plan de subvenciones:
"Creo que será necesario que se produzca una inversión continuada si queremos ser los líderes de esta industria, sin que importe si el plan se llama CHIPS 2 o de cualquier otra forma".
Esta declaración viene a decir que, si tienen que hacer nuevos planes sacando dinero de donde sea para poder dar subvenciones y atraer fábricas de semiconductores, lo harán. De hecho, Raimondo se muestra muy agresiva:
"Creemos que nuestras inversiones en chips de vanguardia pondrán a Estados Unidos en el camino para producir el 20% de los chips de vanguardia para finales de la década. Hoy estamos en cero. Estoy segura de que Estados Unidos puede convertirse en el hogar de toda la cadena de suministro de silicio: desde la producción de polisilicio hasta la fabricación de obleas y el empaquetado avanzado final".
Además de chips de vanguardia, se espera que Estados Unidos también apoye la producción de chips anteriores o maduros que pueden venir genial para automóviles, dispositivos médicos, infraestructura y armamento.
De momento, Raimondo ha revelado que han recibido solicitudes por más de 70.000 millones de dólares sólo de empresas de vanguardia. De los 39.000 de la partida actual, "sólo" 28.000 millones están destinados a estas empresas de vanguardia. Está claro que hace falta más dinero, pero la motivación está ahí.
Más información | Asia Nikkei
Imagen de portada | Intel
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