Hoy hace exactamente dos meses que Google anunció que Android 5.0 Lollipop se ponía a disposición de los usuarios de una pequeña selección de dispositivos. La llegada de la nueva edición de Android era especialmente atractiva por la puesta en escena de la nueva filosofía de diseño, Material Design. Y sin embargo dos meses después su ritmo de adopción es prácticamente nulo.
Así lo confirman los últimos datos de adopción publicados por la propia Google, en los que Lollipop ni siquiera aparece. Eso significa que por el momento la última versión de Android no ha llegado ni a ser instalada en el 0,1% de todos los dispositivos Android existentes en el mundo. La pregunta es clara: ¿por qué?
Una adopción más lenta de lo esperado
Lo cierto es que a estas alturas Android 4.4 KitKat ya disfrutaba de un 2,3% de cuota de mercado, mientras que la adopción de Jelly Bean fue algo más lenta y a los dos meses de su lanzamiento solo había llegado al 1,2% de todos los dispositivos Android.
En el caso de Lollipop, la llegada de la nueva versión se ha producido de una forma especialmente lenta, y que a dos meses de ese lanzamiento sigamos teniendo una tarta en la que esta edición ni siquiera aparece es cuando menos sospechoso.
Podríamos utilizar los argumentos habituales: los fabricantes tardan mucho en ofrecer actualizaciones de sus dispositivos a las nuevas ediciones de Android, y cuando lo hacen llegan normalmente de forma muy gradual y a muy pocos modelos de sus extensos catálogos.
También podríamos recurrir a la excusa de que las operadoras también se lo ponen difícil a los usuarios, no facilitando un proceso al que muchos estarían esperando. Y por supuesto, también podríamos hablar de los numerosos problemas que Android 5.0 les dio a algunos usuarios de los Nexus 7 para los que la actualización se hizo pública esos primeros días. En Google tuvieron que trabajar a contrarreloj para corregir el problema con Android 5.0.1, pero eso puede que frenase ese interés de los usuarios.
El Nexus 6 tiene (parte de) la culpa
Pero si hay un culpable del limitado éxito de Android 5.0 Lollipop a estas alturas, ese es probablemente el Nexus 6. Mientras que en los dos lanzamientos anteriores de dispositivos Nexus habíamos asistido a una demanda excepcional de estos terminales -de hecho, hubo numerosos problemas de suministro con el Nexus 4- no ha ocurrido lo mismo con el Nexus 6.
Este primer terminal con Android 5.0 no parece haber captado el interés de los usuarios: su gran tamaño y su precio, ya al nivel de cualquier otro terminal de gran tamaño, lo ha hecho perder enteros frente a otros productos del mercado. De hecho ya lo adelantábamos en nuestro análisis del Nexus 6: es un gran smartphone -también por tamaño-, pero desde luego la relación precio prestaciones no tiene nada que ver con la que ofrecían sus antecesores.
Sí resulta extraño que los anteriores usuarios con los aún decentes Nexus 4 y sobre todo Nexus 5 no hayan ayudado a que esa cuota de mercado crezca. Uno esperaría que las mejoras de Android 5.0 fueran especialmente atractivas para esos usuarios, pero no parece que haya sido así, y de momento parecen estar encantados con KitKat una versión ya presente en el 39,1% de los dispositivos activados.
No nos llevemos las manos a la cabeza
El ritmo de adopción de las nuevas versiones de Android suele ser especialmente lento, y lo demuestra continuamente ese estudio de cuotas que nos ofrece la web de desarrolladores de Android. Jelly Bean se lanzó por primera vez el 9 de julio de 2012. Dos años medio después ésta y las versiones derivadas (hasta la 4.3, de julio del 2013) cuentan con una cuota conjunta del 46%.
De hecho, si tenemos en cuenta todas las versiones existentes actualmente en el panorama Android, 6 de cada 10 usuarios utilizan versiones de Android que tienen como mínimo un año y medio de antiguedad. Probablemente obligados, claro: muchos fabricantes se olvidan de los "viejos" smartphones y solo favorecen la actualización de los modelos más modernos, algo que efectivamente es solo culpa de ellos.
La razón de esa actitud es clara: no ofrecen actualizaciones para forzar a los usuarios a que más temprano que tarde se decidan a comprar un nuevo modelo con una versión más moderna de Android. Ese modelo de negocio es discutible -por no decir otra cosa- pero todos los fabricantes esgrimen los mismos argumentos: muchos modelos, muchas variantes, demasiado difícil poder mantener soporte en ellos durante mucho tiempo.
Ajo y agua, me temo. Difícil que cambie el panorama, pero aquí rompería moldes un fabricante que no sacase tantos modelos y garantizase actualizaciones durante al menos -por poner una cifra- 2 años. Hasta que ese compromiso llegue -si es que llega- me temo que tendremos que conformarnos con la situación actual.
La única forma de luchar contra ella es aprovechar una de las pocas herramientas que tenemos: las ROMs cocinadas que diversos expertos van preparando para todo tipo de dispositivos. Lo malo es que este tipo de procesos no es apto para usuarios noveles, y muchos otros prefieren curarse en salud y mantener un funcionamiento estable y no arriesgar a que su terminal comience a comportarse de manera extraña.
Sea como fuere, la cuota de Lollipop crecerá, como lo han hecho sus antecesoras, de forma lenta pero gradual. Eso seguirá poniendo de manifiesto el teórico problema de la fragmentación, pero como ya dijimos hace tiempo, ese concepto se ha convertido más en una leyenda urbana que en otra cosa. Lo ha hecho gracias a la separación gradual que Google ha hecho de los servicios y aplicaciones para Android de la base de su plataforma.
Hoy en día puedes no tener Android 5.0 en tu terminal, pero sí podrás disfrutar de muchas herramientas de Google que sí aprovechan esas mejoras en la interfaz -por ejemplo, Gmail o Calendar-. Y por supuesto, también podrás instalar herramientas de terceras partes que hacen buen uso de elementos visuales de Material Design aunque no tengas instalado Lollipop en tu terminal.
No todo iban a ser malas noticias, ¿verdad? Ya sabéis: quien no se consuela es porque no quiere.
Ver 98 comentarios