Como ya conté hace un par de meses, el mundo del streaming empieza a saturarme y poco a poco, sin prisa pero sin pausa, estoy volviendo a comprar contenidos en formato físico. Me refiero a Blu-rays en lo que respecta a las películas y series. Me estoy refiriendo a vinilos en lo que tiene que ver con la música. Y no compro libros (pero sí cómics) porque no meto a los ebooks en el mismo saco. Podría hacerlo, quizá, conceptualmente. Pero no.
Esto era, como ya he dicho, en septiembre. Ahora, en pleno festival de subidas de precios por uno y otro lado, y con amenazas futuras de que el resto de plataformas sigan la misma estela, me planteo seriamente qué hacer. Principalmente porque el gasto mensual en plataformas de streaming se me va a disparar a casi el doble. Porque sí, tengo muchas plataformas activas. Cada uno tiene sus defectos, y uno de los míos es que me apunto a (casi) todo.
La moda ya no son los zapatos de plataforma, sino que las plataformas suban precios
De todo el elenco de posibles supervillanos que hoy pueblan la faz de la tierra podríamos elegir a alguno que otro como nuestro principal enemigo en estos momentos. El más obvio sería Putin por la que tiene liada en Europa, o quizá Elon Musk con sus compras compulsivas seguidas de destrucciones descontroladas. Quizá Jeff Bezos por ser uno de los villanos bondianos más característicos. Pero el real, el tangible, el enemigo de todos en estos momentos es la inflación.
Por su culpa suben los costes de producción de casi todo en una época en la que aún no nos hemos recuperado de la crisis causada por la COVID-19. Por culpa de la inflación todo está muy caro, y por culpa de la inflación las empresas están subiendo sus precios de venta. Incluso en algunos casos de forma histórica, como la PS5 que ha subido sin que haya hecho falta que llegue un nuevo modelo. Ha subido porque es más cara de fabricar ahora que antes. Simplemente por eso.
Así que si unimos que el coste de la vida ha subido, y que las plataformas de streaming no logran llegar a ser rentables porque compiten entre sí por un mercado que no crece y en el que cada vez hay más competencia, tenemos el resultado que nadie quiere. Las subidas de precios. Porque o subes el precio y ganas dinero, o cierras. Como ya ha hecho Starzplay, conocida también como Lionsgate+, conocida también como la plataforma de la que usted me habla y que cerrará en España en marzo.
Como decimos, un escenario en el que sucede lo que nadie quiere. Los precios suben en lugar de bajar, algo que debería ser lo lógico dado que cada vez hay más competencia y, por tanto, más opciones. Pero no. Suben. Sube Apple TV+, sube Amazon Prime Vídeo. Subirá Disney+ dentro de no mucho y también lo hará HBO Max, porque ya lo están insinuando. Que nos preparemos, que vienen curvas.
Mamá, qué hago, se me disparan los gastos
Ocurre que, como decía al principio, yo soy de suscribirme a cosas. No puedo evitarlo. La sola posibilidad de poder tener todos los contenidos que quiera al alcance de unos botones ha hecho que vaya cayendo en casi todo lo que me ha pasado por delante. Aunque ya empecé con un pequeño proceso de desintoxicación, todo sea dicho. Di de baja Apple TV+ tras ver las series que más me interesaban. Eso sí, ahora disfruto de dos meses gratis gracias a Selena Gómez (las promociones son así), pero no lo pago. No cuenta. Igual que el chocolate, que no cuenta porque es verdura. ¿O no se saca de una planta?
Así que Apple TV+ no cuenta, pero sí cuenta DAZN pues antes tenía una cuenta compartida con mi padre y eso ya se acabó porque ya no se puede. Vicios compartidos, el deporte. Cuentas separadas, el dolor. Ahí ya tenemos la primera gran subida. Amazon Prime Vídeo también subió hace un par de meses. Es cierto que no subió un locurón y que yo pagaba ya anualmente, pero me olvido para siempre de los 36 euros al año. Ahora son 50. Sí, con Amazon Music incluido, no lo voy a discutir, pero la subida está ahí.
Otra cosa que tenía compartida era un plan familiar de Spotify con mis primos, algo que acabó hace ya un par de meses y se tuvo que tomar una decisión. La decisión fue armar un plan Duo con mi querida esposa, uno que ahora mismo tengo en pausa porque ando probando Youtube Music durante un tiempo. Así que si restamos la parte proporcional del plan familiar y sumamos la suscripción a Youtube Music, subida. Y cruzo los dedos porque hace ya varios meses que decidí cargarme Stadia Pro. Google hizo lo mismo, que conste.
Pero bueno, que nos desviamos porque en mi casa también se paga HBO Max. Una de las cuentas la tenía mi padre y yo usaba su DAZN, pero ya he comentado que eso ya no pasa. En estos momentos pago 69,99 euros al año pero ojo, porque desde el nuevo conglomerado formado por Warner Media y Discovery ya están avisando de que todo va a subir. Como también me va a subir Disney+, que posiblemente cambie unilateralmente mi plan actual a la fuerza por uno con anuncios a no ser que decida pagar más.
No me dejo fuera Netflix, no. Lo estaba dejando para el final, aunque ahora que lo pienso no sé bien por qué. En los últimos años, Netflix no ha hecho otra cosa que subir y la llegada del nuevo plan con anuncios me hace pensar que dentro de poco tendremos otra subida. Porque si todos están subiendo, Netflix no se va a quedar fuera. Y Sony ha intentado subirme PlayStation Plus, cuidado con esto, aunque he resistido y me he mantenido en mis trece, en el formato antiguo.
Así que sí, mis suscripciones no han hecho otra cosa que subir. Hay otras que no cuento pues aún las comparto con algunos amigos, pero si se deciden también a subirlas tendremos que subir también la parte proporcional. O, de nuevo, tomar decisiones. Todo sube, y soy consciente de que es imposible mantener tantas cuotas mensuales al tiempo. Sobre todo yo, que además voy al cine, compro juegos para la PS5 y estoy enganchándome a comprar vinilos. No se puede con todo.
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