Estamos atravesando las cuatro peores semanas del año en lo que a temperaturas se refiere. Este verano está siendo infernal y da igual si vives en una zona de interior o en una húmeda: hace mucho calor. El problema es que las temperaturas de noche no están bajando, por lo que no hay un contraste y está claro que no podemos estar todo el día con el aire acondicionado.
Así que, me puse a buscar ventiladores. Cuando era pequeño, no entendía bien por qué mis abuelos tenían un ventilador. Eran feos, hacían ruido… y me había quedado con esa idea en la cabeza, sin probar uno desde entonces, pero ante la necesidad, me he visto en la obligación de comprar uno y tengo que decirte que me está salvando el verano. Eso sí, no podía ser un ventilador cualquiera, sino uno que pudiera controlar con el móvil.
El ventilador “inteligente” que puedo controlar desde el móvil y me está salvando el verano
Aparte de aprovechar ciertas rebajas de cierta tienda online para comprar un ventilador de techo, hace unas semanas compré el Xiaomi Smart Standing Fan 2 Pro. 119 euros para un ventilador de pie, algo que me dolió muchísimo a la hora de pagar, pero que poco a poco he olvidado por lo bien que funciona.
Hay otros modelos tanto de Xiaomi como de Cecotec, los de Rowenta o los famosísimos de Dyson (que son algo más que ventiladores, funcionan genial y son carísimos), pero me decidí por el de Xiaomi por dos motivos. El primero es que el precio, aun siendo elevado, considero que no está mal por sus características. El segundo es la aplicación y el ecosistema que ya tengo montado en casa.
Desde hace unos años, intento no comprar nada que no se pueda añadir a Google Home o Alexa. Estoy intentando que todo lo que tengo en casa se controle de un modo u otro con los asistentes y sus aplicaciones, siendo Xiaomi la única app externa a la de Google y Amazon que tolero porque tengo varios dispositivos de la marca que se controlan desde ella.
Y ya no es por la seguridad de salir de casa y monitorizarla con el móvil, es porque dentro de casa, a veces, o no me apetece o no puedo levantarme y, al tener el control de la vivienda en la palma de la mano, no es necesario que vaya a enchufar manualmente un dispositivo. Ahí entra en juego el ventilador.
Estéticamente, me parece bonito, como casi todo lo de la marca. Es elegante, lo cierto es que dista mucho de los ventiladores de mis abuelos y… me gusta. Ahora bien, los materiales dejan muchísimo que desear. ¿119 euros por plástico malucho y una estructura endeble? Que quedé desencantado cuando lo abrí y no sé lo que aguantará el mástil porque realmente parece endeble, pero la base es firme, así que cuando se rompa, algo se podrá apañar.
Sin embargo, aparte de no hacer ruido y mover bien el aire, lo que me está salvando el verano es tanto el control como la batería. Sí, tiene batería y el cargador está imantado, haciendo que sea muy fácil sacarlo y meterlo de la base. Hasta que me llegue el ventilador de techo, lo tengo en la habitación conectado al enchufe, pero me lo suelo llevar al despacho, al estudio o a la cocina y la batería aguanta sin problema durante horas.
Lo mejor, sin embargo, es la aplicación. De hecho ya digo que es el principal motivo de compra. Se puede conectar tanto a Alexa como a Google Home, pero yo lo suelo controlar desde la app Xiaomi Home. Desde ella puedes programar una rutina de encendido o apagado, programar un apagado automático tras dos, cuatro, seis u ocho horas, encender o apagar los indicadores para que no molesten, desactivar el molestísimo pitido cuando tocas los botones y controlar el flujo de aire.
Desde los controles integrados en el ventilador, la verdad es que estás bastante limitado, pero desde la app tienes cuatro niveles de velocidad principales, con ajustes intermedios, así como el control del grado de oscilación. Puedes dejarlo fijo o marcarlo a 30, 60, 90, 120 o 140 grados para que cubra el área que quieres, y también está el modo brisa directa y el de brisa natural.
El de brisa directa es el clásico y… no me gusta. Es un potente chorro de aire, ahí es cuando el ventilador hace ruido y, además, vibra bastante. Unido a lo endeble que me parece el mástil, no es algo que me dé seguridad. Sin embargo, el de brisa natural sí me ha gustado porque es suave, pero de vez en cuando agita el aire de forma distinta y da bastante gustito.
Obviamente, también puedes encender y apagar remotamente el dispositivo, incluso estando fuera de casa. Esto es algo que también quería porque sí, sé que el ventilador no va a enfriar, pero tengo un conejo en estado geriátrico que no puede estar con el aire acondicionado todo el día, pero que cuando salgo de cada puedo dejar con este ventilador encendido o apagado cuando quiera. No creo que le venga mal un poco de brisa con este calor.
Y, al final, y tras varias semanas usándolo, tengo que decir que se está algo más a gusto dentro de casa (siempre que estés en el rango de acción del chorro de aire) y que, aunque me sigue pareciendo carísimo para los materiales, es el precio a pagar tanto por la batería como por la aplicación. También es por lo que hay que pasar para convertir el móvil en el cerebro del hogar.
Me podría haber comprado un enchufe inteligente y un ventilador mucho más barato para encenderlo y apagarlo remotamente, sí, pero al final creo que los extras que ofrece este modelo no están nada mal y se ajustan a mis necesidades. Si te dan igual los modos de brisa, el controlar el ángulo con el móvil o la batería, te recomiendo esa opción, la de ventilador más barato más un enchufe inteligente, pero yo estoy contento con este modelo.
Ahora, mi próximo objetivo es comprar un dispositivo para encender mi viejo aire acondicionado con el móvil cuando esté llegando a casa. Lo que tengo claro es que tengo que seguir armando mi casa tanto para este verano como para los que están por venir.
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