El dispositivo esencial para tener internet en casa es el router. No solo es necesario que esté en un buen lugar y configurado adecuadamente, es que obviamente el router también tiene que funcionar bien... algo que damos por hecho pero que no siempre es así.
Con el paso del tiempo el router puede empezar a dar problemas, bien puede ser por el deterioro fruto del uso o porque simplemente se ha quedado obsoleto. En ese caso tienes dos opciones: o poner tu propio router independiente de la operadora o pedirle a la empresa que te suministra la conexión y el router que te lo cambie.
Ojo, porque el router se queda anticuado antes de lo que piensas: la OCU recomienda cambiarlo cada tres años para disfrutar al máximo de la tarifa contratada y los servicios que lo requieren, pero no es tan fácil como mirar al calendario, ya que a veces el router te da señales para que lo jubiles.
Porque ya no hay actualizaciones
Los routers, como cualquier otro dispositivo con cierto software para manejarlo, reciben actualizaciones que mejoran su rendimiento, arreglan problemas e implementan parches de seguridad para hacer frente a brechas actuales. No obstante, tarde o temprano se quedarán sin soporte.
Si bien lo normal es que sea la propia operadora la que vele para que llegado ese momento sea ella misma quien lleve a cabo la sustitución, no está de más visitar la configuración del router para comprobar que todo está bien, que hay updates o que, directamente se avise de su obsolescencia.
Porque no va tan rápido
Una de las principales razones para solicitar otro router a tu operador es la velocidad, más concretamente, que la velocidad real alcanzada por el dispositivo es notablemente más baja que la contratada de forma generalizada. Es cierto es que es normal que tras hacer un test de velocidad veamos una velocidad inferior, pero si pasa a menudo y la diferencia entre los valores registrados y los contratados son significativos, entonces toca tomar medidas.
Esto puede pasar o bien de forma repentina o progresiva y tiene varias causas: el uso de tecnologías obsoletas, problemas de componentes... Después, lo suyo será llamar a tu operadora y contarle este hecho, argumentando esa diferencia de velocidad y que se produce de forma continuada. Si el operador está instalando nuevos routers que emplean otros estándares Wi-Fi más modernos, lo normal es que se produjera un reemplazo.
Caídas y desconexiones del Wi-Fi
También es normal que muy de vez en cuando se caiga el Wi-Fi, pero si pasa frecuentemente o sucede cuando conectas unos cuantos dispositivos a la red. En este sentido, es posible que o bien algo no vaya bien dentro del dispositivo o que este no esté diseñado para soportar la carga y distribución de red.
Eso sí, asegúrate antes de que no es una cuestión de interferencias en el Wi-Fi (ojo a la regla de los 30 centímetros) o que el problema esté en un dispositivo conectado concreto.
Falta de estabilidad y fluidez
Quizás no sea una caída como tal, pero si que sufras frecuentemente altibajos en la conexión, microcaídas o que la conexión vaya a tirones, algo que sufrirás especialmente en tareas que requieran una conexión constante como partidas online.
Como en el punto anterior, tras constatar que no es cosa de fallos en un dispositivo concreto y sí algo generalizado, toca llamar a la operadora para explicar lo sucedido porque lo deseable es tener siempre una conexión a internet lo más fluida y estable posible.
Porque le faltan funciones
Los tres casos anteriores implican que nuestro router ya no funciona también como el primer día o no está diseñado para satisfacer la demanda actual en cuanto a cantidad de dispositivos o servicios, lo que en última instancia no deja de ser la ausencia de algunas de las últimas funciones presentes en routers modernos.
Pero también puede pasarte que hayas comprado un equipo moderno, como por ejemplo un ordenador con Wi-Fi 6 y que no tengas un router a la altura para aprovecharlo. Asimismo, un router más actual implementará estándares de Wi-Fi más actuales, lo que implica alcanzar velocidades más altas (dentro de lo contratado), soportar más dispositivos y más estabilidad.
Eso sí, las tecnologías más avanzadas suelen estar presentes en los routers neutros y llegan con cuentagotas a los router de operadora, por lo que si tienes necesidades especiales quizás sea mejor idea optar por comprar un router neutro. Es el caso por ejemplo de tecnologías como las redes Mesh, tener servidores VPM integrados, la tecnología QoS para priorizar algunas tareas...
Portada | Jose Antonio Carmona (Xataka Home)
Vía | RedesZone
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