En los últimos diez años, no cabe duda de que la velocidad de conexión a Internet se ha incrementado considerablemente en España, aunque este cambio no se ha producido por igual en todas las regiones ni ha alcanzado a una gran mayoría de población.
Las operadoras y los Gobiernos se afanan en comunicar al público los grandes esfuerzos realizados por mejorar la situación, se proponen metas y objetivos más o menos ambiciosos, se dan cifras y se comparan velocidades con el resto de países de nuestro entorno, muchas veces de forma sesgada y poco realista. Entonces, ¿qué tenemos en España?, ¿Banda Ancha o banda estrecha?
Qué significa realmente "Banda Ancha"
Si os fijáis, he escrito "Banda Ancha" con mayúsculas. ¿Por qué? pues para diferenciarla de los términos habitualmente usados por operadoras, administraciones y otros medios que normalmente caen (intencionadamente o no) en el error de hablar de banda ancha para referirse a cualquier tipo de conexión fija a Internet o a tecnologías como el ADSL y superiores.
Esta concepción de la Banda Ancha no es correcta, ya que el concepto es bastante más complejo de definir. No es un término absoluto, sino que depende de factores e intereses humanos, que se modifican en el tiempo.
En su día dedicamos un extenso artículo a tratar de explicar qué es la Banda Ancha. Resumiéndolo un poco podríamos decir en una primera aproximación que la Banda Ancha es:
El ancho de banda necesario para satisfacer las necesidades de transmisión de datos y acceso a servicios digitales de un cierto número de usuarios (humanos o no), en un momento histórico concreto y a través de una tecnología determinada.
Por lo tanto, es un concepto dinámico, que varía con el desarrollo tecnológico, con el de los servicios y aplicaciones en la Red, así como con las expectativas e intereses de los consumidores, empresas, países y operadoras. Se trata de un concepto que ha ido evolucionando a lo largo de la historia, modificándose constantemente el umbral a partir del cual se considera que una conexión es o no de Banda Ancha.
Es decir, hace 10 años, cuando apenas había servicios de vídeo por Internet, ni redes sociales, ni servicios de música en streaming, ni videoclubs online con películas en HD, una conexión de 1 o 3 Mbps podía considerarse en muchos casos de Banda Ancha, ya que satisfacía las necesidades de una gran parte de usuarios.
¿Qué pasa hoy en día? Pues que el número de servicios que consumen grandes cantidades de ancho de banda se ha incrementado exponencialmente, aumentando progresivamente el umbral de la Banda Ancha hasta cifras muy por encima de los 10 Mbps por usuario.
Pongamos por ejemplo que para ver vídeos HD en tiempo real (uno de los servicios más exigentes sin contar las descargas) necesitamos entre 10 y 20 Mbps. Esa sería nuestra concepción de la Banda Ancha, para nosotros solos. Pero si somos más consumidores de ancho de banda en nuestro hogar, el umbral sube y la cifra mágica se incrementa fácilmente hasta 30, 50 o 100 Mbps.
No toda la banda ancha que se nos vende es Banda Ancha
Volviendo al tema comercial de las operadoras y administraciones, resulta habitual que se nos vendan conexiones de banda ancha de 3,6 o 10 Mbps, cuando en la mayoría de los casos sabemos que no es suficiente para satisfacer nuestras necesidades.
Puede que si sólo nos dedicamos a navegar, a ver un vídeo ocasionalmente o a consultar el muro de Facebook, para nosotros 3 Mbps sean Banda Ancha, pero no lo es para la gran mayoría de la población.
Y más aún cuando hablamos de las velocidades de subida, tradicionalmente abandonadas por las operadoras (salvo algunas excepciones), que hacen que en España, para una gran mayoría de población sea meramente anecdótico el poder usar servicios de sincronización de archivos en la nube, videoconferencias con buena definición o simplemente subir nuestros vídeos y fotos a la Red. Sí, con menos de 1 Mbps resulta muy pesado, molesto y desesperante subir vídeos a YouTube o simplemente mandar las fotos de las vacaciones por correo a los amigos.
Ante estas evidencias, la misión habitual de las operadoras y Administraciones es informar al consumidor de que las cosas han cambiado mucho en los últimos años, que cada vez hay más gente con conexiones ultrarrápidas. No lo dudo, pero para la gran mayoría de la población ésto no es del todo cierto.
No hay más que echar un vistazo a los estudios sobre penetración de Internet en España, a las cifras sobre velocidades medias de conexión en nuestro país elaboradas desde el extranjero o simplemente a los informes periódicos de la CNMC, en los que observamos como más de la mitad de la población todavía no navega a 10 Mbps.
La Banda Ancha es más que velocidad de acceso
Pero además, si hacemos caso de la definición de Banda Ancha anteriormente expuesta, el concepto no sólo incluye velocidades de acceso, sino también otros factores, como por ejemplo las latencias y por supuesto el precio.
Con una gran masa social en crisis, los precios de la Banda Ancha española no son, ni por asomo anchos. De hecho, informes tras informes confirman que España sigue teniendo una de las Bandas Anchas más caras de su entorno, y más aún si la relativizamos al poder adquisitivo de los ciudadanos.
Llegamos al final y es hora de responder las preguntas inicialmente planteadas. ¿Qué tenemos en España?, ¿Banda Ancha o banda estrecha? Si atendemos sólo a criterios de velocidad podríamos decir que más o menos la mitad de la población tiene acceso a conexiones de Banda Ancha.
Sin embargo, atendiendo al resto de criterios (especialmente al del precio) que definen lo que es verdaderamente una conexión de Banda Ancha, nos damos cuenta de que, en general, estamos lejos de alcanzar este tipo de conexiones.
En Xataka On | Banda Ancha, definiendo un concepto complejo