La red francesa lleva unos días que arde y en parte con razón. Free, el operador que llegó a nuestro país vecino con la intención de hacerse con una buena parte del pastel con precios reducidos y que por lo visto lo está consiguiendo, actualizó recientemente los routers de sus clientes bloqueando por defecto la publicidad de las webs montando un importante revuelo y creando el debate sobre si los ISP deben bloquear la publicidad de las webs.
La polémica estaba servida ya que el filtro se activó automáticamente, sin que el usuario tuviese que autorizarlo y que podría deshabilitar el usuario accediendo a la configuración del router, algo que es poco probable que ocurra entre los usuarios que no sean aficionados a la informática y el cacharreo.
Una medida que para Free podría ser una buena idea pero que enseguida tuvo el rechazo frontal de editores y anunciantes, que se reunieron con el ministro de Economía francés para abordar el asunto antes de que este se reuniese al director general del operador, reunión que parece haber dado sus frutos.
Tras las presiones de distintos sectores, incluido el gigante Google que participa en la financiación de la inversión en la red de Free, el operador ha decidido dar marcha atrás de manera temporal y desde esta mañana ha deshabilitado el filtro que impedía que sus clientes viesen publicidad en las webs que visitaban.
Pero la compañía deja claro que esta es una decisión que se toma debido a las negociaciones que mantiene con los distintos afectados, también motivada por el posible incumplimiento del deber de comunicar a sus clientes este tipo de cambios con un mes de antelación, y que podría volver a implantar el filtro en dos o tres semanas.
Vía | Le Monde