Estamos acostumbrados a que se identifiquen las descargas desde fuentes no oficiales con la piratería e inmediatamente con daños tremendos para la industria audiovisual, aunque cada vez salen más estudios que afirman que ésto podría no ser del todo cierto, e incluso que dan completamente la vuelta al asunto y sitúan a los internautas calificados de “piratillas domésticos” como poco menos que motores de la industria de contenidos.
El último estudio en unirse a esta línea de pensamiento es de origen holandés y ha sido elaborado por el Instituut voor Informatierecht y por CentERdata. En él se analizan los hábitos de consumo y ocio de unos 2.000 participantes (muestra un poco escasa, pero es lo que hay) y llegan a una curiosa conclusión: Los internautas que más contenidos comparten y descargan de Internet son los más dispuestos a pagar por contenidos sea cual sea su formato.
Por ejemplo, con respecto a la música, películas y libros digitales, los internautas que descargan asiduamente desde sitios como The Pirate Bay o diferentes trackers BitTorrent están hasta 4 veces más dispuestos a pagar por contenidos digitales que la gente que nunca o casi nunca descarga desde Internet.
Algo similar sucede con los libros en papel, los CDs, DVDs y Blu-rays, siendo la situación especialmente representativa en el caso de los videojuegos, en donde las cifras son del 65% frente al 14%.
También se da esta situación en la asistencia a eventos como conciertos, musicales, obras de teatro o incluso al propio cine.
Internautas, esos grandes consumidores de ocio digital
¿Cuál es la explicación? Pues parece estar en que los usuarios que descargan con asiduidad desde Internet son grandes consumidores de contenidos que buscan constantemente este tipo de entretenimiento, mucho más que la gente normal que prefiere otras fórmulas de ocio como ver la TV, por ejemplo. De ahí que cuando tienen la oportunidad de adquirir contenidos originales que realmente les gusten lo hacen sin dudarlo, siempre que sus bolsillos se lo permitan.
Y este último es el punto clave del asunto, ya que si la mayoría de las descargas desde sitios no oficiales parecen realizarse para poder comprobar y analizar contenidos antes de comprarlos definitivamente, en el caso de que les gusten.
Como es lógico, los resultados de este estudio variarían si se realizasen en otros países, ya que no es lo mismo el nivel de vida de por ejemplo los holandeses que el que tenemos en España, aunque la filosofía tras las cifras mostradas en él parece que no deja lugar a dudas: Los usuarios están dispuestos a pagar por contenidos digitales siempre que éstos sean de calidad, les resulten atractivos y dispongan de los recursos económicos para hacerlo.
Vía | Torrent Freak
Más información | Ivir