Desde que Euskaltel anunció su decisión de abandonar su acuerdo con la antigua Amena para convertirse en operador móvil virtual aprovechando la red de Vodafone, la batalla por el control de los 450.000 clientes de telefonía móvil entre la operadora vasca y Orange, los herederos de Amena, se ha ido complicando.
La CMT obligó de forma provisional a las dos empresas naranja a continuar con su relación contractual y paralizar la guerra de ofertas comerciales, que en un principio podía ser atractivo para los clientes.
Pero las dos compañías naranja se han acusado mutuamente de no respetar la decisión de la CMT, continuando con las campañas publicitarias, por lo que Orange ha denunciado a Euskaltel ante la Comisión. Euskaltel por su parte ha acusado a Orange de poner trabas para que los clientes recarguen en los cajeros y también denunciará ante la CMT a los franceses.
Se prevé que en antes de que finalice el año la CMT publique una resolución definitiva. Esperemos que esos 450.000 clientes no se vean perjudicados, hecho que parece ya se está produciendo.
Vía | Terra